Le robaron la moto en Melchor Romero y le pegaron un balazo en una pierna

¿Le gritaron algo para que se bajara de la moto, o directamente le tiraron al cuerpo sin mediar palabra? Ni siquiera el propio Gustavo Gutiérrez (23) lo sabe, porque pasaron segundos entre que vio al par de ladrones hasta que sintió el ardor de un disparo que le había entrado en el muslo. Cuando se supo asaltado, el joven ni se resistió. Pero el daño ya se lo habían hecho.

Cerca de las 0.30 de ayer, el muchacho iba con su Honda Wave de 110 cilindradas por 520 y 150, a sólo 11 cuadras de donde, el pasado 30 de marzo, mataron a otro motociclista en un asalto.

Adelante de él, resplandecían las sirenas de un patrullero, según lo que la víctima le contó a su familia. Esa presencia policial no evitó que lo abordara un par de delincuentes en una moto “más nueva y más grande que la de él”, comentó la familia Gutiérrez.

“El creyó que no le iban a robar, porque tenían una moto mejor. Pero se le pusieron a la par y le dispararon. Si le dijeron algo, él no los escuchó, por el viento y por el casco”, sostuvo Adriana, su mamá.

Los encapuchados tardaron segundos en quitarle el vehículo y escapar. “Llevátela”, les dijo Gutiérrez, ya herido. “De la mano de enfrente, al poco tiempo, pasó otro patrullero. Gustavo les revoleó el casco para que frenaran, pero no lo vieron. La gente del barrio fue la que llamó al 911. Uno de esos policías que andaba por ahí volvió y lo llevó al hospital de Romero”, continuó la mujer.

Al joven lo atendieron y curaron. El balazo le perforó los músculos isquiotibiales y le salió. Terminó adentro del pantalón largo que llevaba puesto. Es de un calibre chico, presumiblemente 22. Después de que lo estabilizaran lo enviaron de nuevo a su casa. Recién pudo empezar a descansar a la tarde.

otro intento hace un mes

Hace aproximadamente un mes, a Gustavo habían intentado robarle la misma Honda Wave que se había comprado dos años atrás. En aquella oportunidad, al joven lo abordaron en la zona de 44 y 155. La mecánica del asalto fue similar: “Se le pusieron al lado en otra moto, pero él alcanzó a patearlos para que se cayeran. Y se escapó hasta lo del hermano”, recordó Adriana.

Por algún motivo incierto, esos delincuentes no lo agredieron de la misma manera que ayer. “No tendrían una pistola, si no le tiraban”, especuló la madre.

Por cuestiones laborales y familiares, la rutina de Gustavo incluye viajar muy seguido entre Melchor Romero y Las Quintas, donde vive. Desde hacía unas semanas, y sobre todo por el anterior intento de robo, el muchacho había modificado ciertos caminos habituales. Por ejemplo, ya no andaba más por avenidas como 32 ó 155, con iluminación y pavimentos más deficientes que la 520. “Pero igual le terminaron robando”, se lamentó Adriana.

Varias horas después del asalto, trascendió que la Wave que le sacaron apareció abandonada en Melchor Romero.

La Policía de la jurisdicción trabaja con algunas pistas para ubicar a los motochorros. El hallazgo del vehículo que robaron y el análisis de las cámaras de seguridad sobre la avenida 520 son dos de los primeros elementos para intentar identificar y capturar a los delincuentes .