Nuevo reclamo de justicia por el joven que murió por una pedrada
| 20 de Abril de 2016 | 01:35

Pasaron 12 días desde que Néstor Atilio Soria (35) murió a raíz de un cascotazo que le pegaron mientras viajaba en colectivo, rumbo a lo de su hermana en El Palihue. Todavía no hay nadie detenido, a pesar de que las sospechas apuntaron, casi desde el comienzo, a por lo menos cuatro menores de ese barrio. Ayer, para mantener en pie el reclamo, sus familiares y amigos marcharon por el lugar donde se gestó el drama.
Los investigadores “teóricamente están encaminados”, aseguró Atilio, el padre de Néstor, a metros de su domicilio en 3 y 610. Allí comenzó la movilización, que incluyó a unas 20 personas. Bajo la lluvia y el viento, caminaron hacia 610 y 115, a metros de donde el martes 5 de abril a la noche alguien arrojó una tosca del tamaño de un adoquín hacia un colectivo de la línea Este.
Aquel día, Soria había salido de su trabajo, en un kiosco de Plaza Moreno, y esperó el micro. No iba a su casa sino a la de su hermana, y por eso se tuvo que tomar un ramal distinto. Algo tan simple como eso desencadenó el drama, porque ese colectivo tuvo que pasar por el sitio donde lo agredieron.
Néstor -casado y padre de un nene de cuatro años- era el único pasajero. La pedrada en la cabeza lo dejó inconsciente y con convulsiones. El colectivero se dio cuenta rápido de lo que había pasado. En lugar de frenar en esa zona de peligro, decidió ir él mismo hasta el destacamento de barrio Aeropuerto. Y de ahí, al Policlínico, previendo que una ambulancia tardaría mucho.
En el hospital los médicos hicieron todo lo que tenían a su alcance. No obstante, y a raíz de la gravedad del ataque que le produjo muerte cerebral, Soria falleció a los tres días de ser internado.
El dolor quedó instalado en todo el círculo íntimo de esa familia, y también en Villa Garibaldi, donde vivía Néstor.
Fuentes policiales, judiciales y allegados a la víctima confirmaron que “hay algunas pistas”, pero todavía no hay detenidos, sobre todo porque las sospechas apuntan a chicos que tienen entre 11 y 16 años. Con respecto a la motivación del ataque, la familia de Néstor supone que “tiraban piedras enojados con los choferes del Este, porque no los llevaban gratis”.
La semana pasada se organizó una marcha en pedido de justicia por este caso, en el Centro y hasta las fiscalías de 8 y 56. “Fue muy positiva, teniendo en cuenta el acompañamiento de la gente, de la Policía y hasta de la Justicia”, opinó Atilio. Aquella marcha sirvió de marco para una entrevista de sus abogados con las autoridades de la causa.
Ayer, la movilización comenzó a las 17. El poco color en la tarde de otoño lo aportaron ellos: bombos y pancartas que dejaron en claro sus preocupaciones principales: “Cárcel” para los responsables y “basta de impunidad”.
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