Dos estrategas del fútbol, frente a frente

Diego Simeone, el hombre con quien Vivas comenzó su carrera de entrenador, solía decir que “el fútbol se define por detalles”. Muchas veces, esos pequeños detalles generan grandes diferencias entre los buenos equipos, los regulares y los flojos.

Gustavo Alfaro y Nelson Vivas están trabajando en lo general y en lo puntual. En los grandes aspectos de sus respectivos planes estratégicos y en los pequeños puntos que pueden terminar inclinando la balanza hacia un lado o hacia el otro.

En City Bell las cosas están claras. Vivas encontró el equipo hace rato y tan aceitada asoma la estructura que ni siquiera la presencia de un referente como Desábato pidiendo pista, aparta al DT de su idea de sostener -salvo lesión o suspensión- a los protagonistas que arrastran cinco triunfos en fila y que no le pierden pisada al líder de su zona.

El 4-2-3-1 luce cada vez más afianzado. El Pincha se muestra compacto y, salvo algunas flaquezas por las bandas, no evidencia fisuras defensivas. Y adelante, Viatri es tan importante entre los centrales rivales, para meter la última puntada, como en el juego de asociación para hacer la pausa justa en procura del lucimiento de Fernández.

Alfaro está en la búsqueda. El 4-4-2, módulo que le permitió dar varias vueltas olímpicas, es el esquema que más le gusta, pero ni siquiera con él logra el sello distinguió a sus equipos a lo largo de toda su carrera: la solidez. Le falta tiempo de trabajo, por más que se nota su empeño por subir la escalera saltando los escalones de a cinco.

En el clásico pasado, el Pincha le hizo mucho daño al Lobo por los costados, encontró muchos huecos. En eso está trabajando Alfaro. Mientras tanto, Vivas sabe que debe darle una vuelta de tuerca a su libreto porque el del sábado será un partido aparte. Algunas cartas se conocen. Otras, con seguridad, se guardan con sigilo en Abasto y City Bell.