Ya son casi 30.000 los afectados en el país

Un alerta sobre nuevas tormentas en las zonas inundadas de Entre Ríos, Chaco, Santa Fe, Corrientes y noreste de Córdoba obligó ayer a intensificar los operativos de asistencia y prevención en distintas provincias, donde hay alrededor de 30.000 personas afectadas por los anegamientos.

Los gobiernos nacional, provinciales y municipales mantenían activos los programas de reparto de víveres, abrigo y medicinas, además de limpieza y control de rutas, dado que hay gran cantidad de caminos cortados y pueblos aislados por el agua desde hace varias semanas.

En ese marco, el Servicio Meteorológico Nacional advirtió ayer que nuevas tormentas intensas “con abundante caída de agua en cortos períodos, fuerte actividad eléctrica y posible caída de granizo” pueden producirse en Chaco, noreste de Córdoba, Corrientes, norte y centro de Entre Ríos y de Santa Fe, además de la zona este de Santiago del Estero.

En esas zonas, decenas de estudiantes perdieron varios días de clase a raíz de la imposibilidad de salir de sus casas o en algunos casos porque las mismas escuelas quedaron inundadas o con peligro de derrumbes, como ocurrió en localidades costeras del norte de Entre Ríos.

En tanto, en Santa Fe varias rutas continuaban cortadas por el desborde de ríos, entre ellas la autopista que une Rosario con la capital provincial, una de las más transitadas.

Fuentes de la Dirección de Seguridad Vial dijeron que por el desborde del arroyo Colastiné seguía cortada la autovía, por lo que el tránsito era desviado por la ruta 11 y luego se podía retomar la autopista en el acceso a Arocena.

También la ruta provincial 6 seguía bloqueada por el agua en inmediaciones del río Salado y estaba interrumpido el tránsito entre la ruta nacional A012 y la provincial 26 en el acceso a la localidad de Carcarañá.

En Entre Ríos, además de la gran cantidad de parajes inundados, la crecida de los ríos provocó graves problemas por la erosión de las barrancas ribereñas y dejó a unas 500 casas, un club y al hospital de la ciudad de Santa Elena con riesgo de derrumbes.

En esa zona, unas diez familias debieron abandonar sus casas.

El gobierno nacional, a su vez, explicó que ocho ministerios y el Sistema Federal de Emergencias (SIFEM) -que tiene un presupuesto de 250 millones de pesos- trabajaban en forma coordinada con las provincias en la asistencia a damnificados por las inundaciones.

En ese marco, el ministerio de Desarrollo Social señaló que “las alertas indican que hasta junio esta situación continuará afectando” al Litoral, por lo cual elaboró “un plan de trabajo para las próximas semanas en Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Chaco”.

Así, se buscará “realizar una evaluación de daños y necesidades para coordinar” la asistencia de los afectados, mientras Seguridad puso móviles de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería para la atención de la población aislada y trabaja junto a Bomberos Voluntarios y Cruz Roja en las necesidades más urgentes.