Esther Díaz reivindica el robo de ideas en su último libro

En “Ideas robadas al atardecer”, la ensayista argumenta sobre diversas cuestiones de actualidad (y no tanto) y diferencia el robo de ideas de la copia, como un sistema del cual los creadores se nutren, aunque la operación es legítima sólo si borra los rastros de la víctima del robo.

El libro, publicado por la editorial Biblos, estará en la calle en pocos días más y acaso pertenezca a esa suerte de género en el cual conviven la reflexión, la autobiografía y la varia invención, a la que no es ajena la autora.

Díaz es doctora en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires (UBA), y ha escrito libros sobre Michel Foucault, Gilles Deleuze, Gilles Lipovetsky y Juan Samaja y sobre epistemología, psicoanálisis y posmodernidad.

Uno de los planteos de su último trabajo reside en cómo entender la idea de robo para la construcción del libro.

“El robo de ideas -plantea Díaz- es indispensable para la creatividad. Como eufemismo se le dice inspiración o insumo. Si el compositor no escuchara música ajena no podría crear nada, esto se hace extensivo al escritor que necesita leer a otros autores, así como el arquitecto, el pintor o el coreógrafo que, aunque tengan talento, necesitan nutrirse del talento de los demás. El concepto de robo de ideas - tal como lo concibo- no tiene nada que ver con la copia, que replica lo hecho sin agregar elaboración propia. Sin embargo el robo de ideas solo es legítimo si hace desaparecer los rastros de la víctima del robo. Tomar una idea de otro y reelaborarla hasta asesinar la autoría anterior. Eso no solo motoriza al arte y a la filosofía, sino también a la ciencia. Newton decía que logró desarrollar sus innovadoras teorías gracias a que estaba montado sobre espaldas de gigantes, es decir sobre las ideas de sus antecesores”.

En relación al título del libro, que alude al atardecer, la propia autora aclara que “hace veinticinco años publiqué un libro titulado “Ideas robadas” en el que ya desarrollaba el concepto de robo creativo como contrario a la copia o a la utopía romántica de que se puede crear desde la nada. La historia no da pistoletazos, decía Hegel al referirse a la imposibilidad de crear sin beber de fuentes anteriores, estudiarlas y re-elaborarlas. En el libro actual rescato nuevamente la metodología del robo creativo (y del auto-robo). Pero estoy ya en el invierno de mi vida, de ahí la metáfora del atardecer”.

 

IDEAS ROBADAS AL ATARDECER
Autor: Esther Díaz
Editorial: Biblos
Páginas: 232
Buenos Aires
Filosofía
Gilles Lipovetsky
Ideas
Michel Foucault
Universidad

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