Una escuela con edificio nuevo y clases en el patio

La construcción está terminada pero no se toca porque resta el final de obra. Quejas de padres y alumnos

Algunos cursan en un comedor, otros en un pasillo, otros en un patio. A metros, tienen un edificio flamante esperándolos... pero se mira y no se toca. Para los estudiantes de la Secundaria Nº86 de Colonia Urquiza, situada en 186 y 492, el primer mes de clases de 2016 fue sinónimo de frustración: como consecuencia de demoras en el final de obra y la instalación eléctrica no pudieron estrenar la escuela especialmente construida para alojarlos.

Con una matrícula actual de 400 alumnos entre los turnos matutino y vespertino, la 86 surgió hace una década para recibir el caudal cada vez mayor de egresados de la Primaria 57. Y de hecho, funciona en los fondos de ese establecimiento, en aulas prestadas. Un fuerte reclamo de la comunidad educativa, en 2013, hizo que se concretara la construcción de una sede propia. Esos trabajos terminaron en 2015, con una particularidad; según relatan padres y docentes, “Edelap no colocó medidor de obra, así que los contratistas hicieron todo ‘colgados’ de los cables para tener electricidad”.

El 7 de marzo pasado, los cursos de primero a tercer año de la EES Nº86 empezaron con normalidad en los espacios habitualmente cedidos por el nivel primario. Pero el ciclo superior de la secundaria, seis divisiones que abarcan de cuarto a sexto, recién inició el lunes 21.

Ocupadas las aulas, los estudiantes y sus docentes se toparon con un callejón sin salida. Los padres aseguran que “las autoridades educativas dieron la orden de que tomaran clases donde hubiera lugar”. El resultado fue que 130 adolescentes desplegaran sus mochilas y cartucheras en un pasillo, el comedor y el patio.

“Los chicos ya perdieron dos semanas al empezar tarde, y tuvieron otras dos en condiciones que distan mucho no sólo de las ideales, sino de las normales” advierte Rodrigo, profesor de Historia: “ayuda el hecho de que tienen buena voluntad; en general provienen de familias humildes, son hijos de medieros y quinteros, con muchas ganas de estudiar, y se merecen otra cosa”.

“Se acercan los días más frescos, y si llega a llover va a ser imposible dictar clase” explican los docentes: “además, en algunos horarios se cruzan los chicos de la mañana y la tarde, porque es habitual que se queden a hacer las tareas acá, para aprovechar los tiempos de espera de los micros -que pasan cada muerte de obispo-”.

En la zona Oeste del partido de La Plata, la demanda de servicios escolares públicos supera largamente la oferta, de acuerdo con los recurrentes planteos formulados ante las autoridades escolares por parte de vecinos de Melchor Romero, Abasto, Arturo Seguí y Colonia Urquiza, entre otras localidades.

“La 86 es una escuela grande a la que vienen pibes de todos lados, incluso de La Granja” explica Gustavo Juan, padre de dos alumnos: “no puede ser que por una irregularidad de una empresa constructora se haya pague toda la comunidad”.

El vecino recordó que “la semana pasada tuvimos chicos estudiando amontonados abajo de un árbol porque se había puesto a lloviznar; es absurdo. Ya nos reunimos con la inspectora del área y esperamos respuestas, porque pasan los días y hay cada vez más malestar”.

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