Le faltaron ideas para poder ganar y seguir en la lucha

Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO

Desde hace algunas fechas Estudiantes estaba mostrando que su auto no aceleraba como antes. Le faltó velocidad en San Juan y también en el clásico de la semana pasada. Anoche profundizó ese problema, cuando en su cancha no pudo vencer a Newell’s, rival con el que empató 0-0 para sepultar las pocas chances que tenía en su afán de seguir peleando por el primer lugar de la zona 2.

El Pincha lo buscó y dejó todo, absolutamente todo. Pero no le alcanzaron las corridas de la Gata Fernández y Lucas Rodríguez, ni el corazón de Santiago Ascacibar y Jonatan Schunke. Por eso terminó quedándose con un empate con sabor a poco, que no le servirá para meterle presión a Lanús, pero sí para sacar una pequeña luz de ventaja si es que se quiere clasificarse a la Copa Libertadores 2017.

Ese es el verdadero objetivo. Puertas para adentro estaba claro que Lanús era inalcanzable. Pero mientras los resultados acompañaban nadie podía derribar la ilusión. Ahora, con dos puntos obtenidos sobre seis jugados, esa ilusión se desvaneció rápidamente.

En el primer tiempo mostró otra vez todas las falencias que antes había expuesto ante San Martín y Gimnasia. Impreciso en el medio y sin Lucas Viatri dentro del área. Al no aparecer Gastón Fernández el equipo dependió de algún desborde de Augusto Solari, que en el final de ese período tuvo un mano a mano que no supo definir. Jugada de tres toques para que el ex River quedara mano a mano con Luciano Pocrnjic, que le terminó tapando el remate sencillamente porque el volante nunca se decidió a hacer el gol sino buscar a un compañero por adentro que nunca apareció.

En la parte final el partido cambió un poco. Newell’s ya dejó de atacar por la izquierda con el peruano Luis Advíncula y Lucas Boyé perdió compañía ofensiva. Entonces el Pincha se lo empezó a llevar por delante, con algunos arrebates individuales y mucho corazón. No fue tan marcado, pero...

A los 17 un borbollón adentro del área terminó en las manos del arquero leproso, a los 27 la Gata Fernández probó desde afuera para hacer rozar el palo derecho y en el final una corrida de Lucas Rodríguez por derecha hizo ilusionar a todo el banco de suplentes.

Pero no fue la noche de Estudiantes. Hizo un poco más que su rival y desde el banco recibió todas señales para ganar el partido. Nelson Vivas sacó a un volante central para darle ingreso a Rodríguez, reemplazó a un corredor como Auzqui por el talentoso Juan Cavallaro y sacrificó a Solari por Umeres. Desde la entrega, no hubo nada para reprocharle al técnico y jugadores. Simplemente no le alcanzó.

Porque se le fueron nublando las ideas y sus jugadores más desequilibrantes no aparecieron. Tomó riesgos y lo buscó, pero sin ser el equipo de las primeras fechas. Es que en definitiva este Estudiantes que termina el torneo se asemeja más al que se vislumbraba en la previa: un equipo de transición, en proceso de construcción y con algunas debilidades en puestos clave.

¿Y Newell’s? Fue un equipo que dejó de lado su historia y se disfrazó de chico. Aun con jugadores de experiencia y ante un rival que mostraba flaquezas cuando lo atacaban, prefirió abrazarse a un empate que sólo le servirá para no arrancar tan en el fondo de la tabla de los Promedios para el año que viene. La imagen que resume este comentario fue la decisión de Diego Osella de cambiar a Maxi Rodríguez por Sebastián Domínguez, cuando el reloj marcaba los 47 minutos del segundo tiempo.

Pero para Estudiantes no es un consuelo la actitud apática de su rival. No pudo, no supo y no logró superar la marca de Newell’s. Resignó dos puntos que parecen ser el final de la lucha por el primer lugar de la zona 2. De ahora en más Estudiantes intentará aferrarse al segundo lugar, que le permita jugar la próxima Copa Libertadores. No es un premio menor. Sería un buen premio para cerrar el semestre. Pero para eso tendrá que arremangarse y no regalar más puntos.