Reclaman que Berisso separe los residuos

La gestión de la basura domiciliaria en la Región vuelve a quedar en el centro de la escena. Una organización ambientalista presentó ante el Concejo Deliberante de Berisso un pedido para que en la ciudad ribereña se empiecen a implementar esquemas de separación en origen y recolección diferenciada de residuos.

La ONG Nuevo Ambiente impulsa un proyecto de “Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos”, fundado -según se explicó- en que “la separación por parte de los vecinos de los residuos reciclables -bolsas verdes- y los no reciclables -bolsas negras-, no sólo traerá en el futuro beneficios ambientales, sino económicos, teniendo en cuenta la construcción de la planta de tratamiento integral que avanza en diagonal 74 y arroyo El Gato”

“Creemos que cada municipio debe hacer una gestión responsable y sustentable de los residuos que genera” se subrayó: “y no sólo Berisso, sino también Ensenada deberían sumarse a este tipo de estrategias”.

Hace dos años, un proyecto similar impulsado por los ambientalistas perdió estado legislativo al no ser tratado en tiempo y forma por los ediles berissenses.

El texto también incluye y establece un marco regulatorio para el funcionamiento de empresas privadas de contenedores para residuos sólidos. De acuerdo con Nuevo Ambiente, Berisso genera unas 25 mil toneladas de desechos sólidos por año, a razón de unos 900 gramos por día por persona. “Esto sin contar los que empresas privadas de contenedores no llevan a CEAMSE” se advirtió. “para arrojar en zonas del terraplén costero o humedales.

BOLSAS BIODEGRADABLES

En el articulado de la ordenanza propuesta se destaca que la separación de los residuos se canalizará mediante bolsas de distintos colores: “secos”o reciclables en bolsas vedes, y “húmedos” u orgánicos en bolsas negras.

También se puntualiza que “el departamento Ejecutivo municipal deberá, a partir de 2018, suplantar las bolsas de polietileno utilizadas para la separación de los residuos secos -verdes- por otras biodegradables”.

Entre otras disposiciones, el proyecto apuesta a la participación de “trabajadores no formales” o “recuperadores urbanos”, mediante la formación de cooperativas, en la recolección de los desechos y su reciclado.