Sainete político-judicial detrás de un sillón clave

Por MARIANO PEREZ DE EULATE (*)

Desde que asumió el macrismo en la Gobernación bonaerense, mucho se viene hablando en los despachos más encumbrados sobre el posible reemplazo de la Procuradora General de la Suprema Corte de la Provincia, María Del Carmen Falbo. Su cargo es clave y supone una alta cuota de influencia: es la jefa de todos los fiscales provinciales. El rumor sobre su desplazamiento nunca se disipa del todo y pone en constante tensión al Ministerio Público y al Poder Ejecutivo.

Como ya contó este diario, existió una suerte de embestida inicial oficialista para apurar una jubilación de la funcionaria, que por ahora no tuvo éxito. Falbo llegó al ministerio público en 2004, cuando Felipe Solá era gobernador. No es un secreto el nombre de su padrino político: Eduardo Duhalde.

Muy cerca de ella explican que la funcionaria judicial no tiene pensado dar un paso al costado. Que no es una posibilidad que contemple. Y exhiben un dato que se atesora: hace un par de meses, cuando se la cuestionaba por el trabajo de su oficina en la triple fuga de General Alvear, recibió un respaldo inequívoco de sus pares de todo el país.

Circula una tesis según la cual Maria Eugenia Vidal querría ver en el sillón de la Procuración a su actual ministro de Justicia, Carlos Mahiques

Otras fuentes encumbradas que dicen haber hablado con ella explican, en cambio, que la funcionaria ha deslizado la posibilidad de retirarse recién a fines de 2017. Pero, claro, con la condición de que sea al cabo de un proceso no traumático. “Con los debidos honores de quien ha servido honestamente”, explican esos voceros.

El gobierno provincial, que no ha renunciado a la ofensiva por el cargo, estaría dispuesto a regalar esos aplausos. La funcionaria les ha dicho a algunos empleados de su dependencia que, eventualmente, se ve retomando su pasión por la docencia.

Las versiones sobre este sainete político-judicial incluyeron la tesis según la cual Maria Eugenia Vidal querría ver en ese sillón a su actual ministro de Justicia, Carlos Mahiques. Los que la abonaron explicaban que Mahiques dejó su prestigioso cargo de juez de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal de la Capital Federal y desembarcó en La Plata con la promesa de que se mudaría a la Procuración en el primer semestre de este año. Oficialmente, en la Gobernación se niega la especie.

Muy cerca del ministro, además, explican que el hombre no está de paso por la cartera y acercan el dato de que tiene programada una profunda reforma del sistema judicial bonaerense, en acuerdo con la gobernadora, cuya aplicación supone un trabajo a largo plazo en el ministerio. “No va a armar todo eso si se quiere ir rápido”, aseguran en oficinas de la Torre 2.

Las versiones también dicen que el actual secretario Legal y Técnico de la Gobernación, Julio Conte Grand, habría sido el primero en ser tanteado por la Gobernadora para ser ministro de Justicia pero luego se cayó su nominación -en favor de Mahiques- por la presión de operadores que reportan a Balcarce 50 y que no lo querían allí. No por cuestiones personales sino porque ese ministerio, y el de Infraestructura, serían dos lugares que el presidente Mauricio Macri habría pedido a Vidal para ocupar con gente que tuviera su visto bueno.

En Infraestructura, finalmente, recaería Edgardo Cenzón, de mucha confianza y línea directa con Macri, quien se apresta a aplicar en territorio bonaerense la Ley de Emergencia en el área que acaba de votar la Legislatura.

Caído Mahíques como posible candidato para reemplazar a Falbo, comenzó a sonar el nombre del mencionado Conte Grand para el cargo. Que es lo mismo que decir que es un hombre de confianza de Vidal y de su mesa chica y también -dato no menor- de José Torello, amigo de la escuela, apoderado y confidente del Presidente.

Observadores del quehacer político provincial creen ver allí un capítulo de una interna ríspida del mundillo PRO: la que, fuera de luces y micrófonos, enfrenta a Vidal con Daniel Angelici, el presidente de Boca, sindicado como “operador judicial” del Presidente y recientemente denunciado por la aliada presidencial, Elisa Carrió.

Angelici, que ahora deberá bajar su perfil por la presión que ejerce Llilita, aspiraría a influir sobre el posible reemplazo de Falbo

Se explica que Angelici, que ahora deberá bajar su perfil por la presión que ejerce Llilita, aspiraría a influir sobre el posible reemplazo de Falbo y pensaría en un fiscal federal porteño ligado a él, enemigo histórico de la actual Procuradora: Carlos Stornelli.

Falbo, por cierto, esperaría obtener un poco más de acompañamiento (“De banca”, abundan las fuentes como para que quede claro) de la dirigencia de su partido político de origen, el peronismo. Al menos eso habría confesado en la intimidad de su oficina a gente de su confianza, café de por medio.