Balearon a un hombre en una pierna en un intento de entradera

La mayoría de los vecinos de un sector del barrio El Mondongo estaban cenando o preparándose para hacerlo, el jueves pasado, cuando cuatro detonaciones los sobresaltaron y pusieron en alerta.

Es que a las nueve de la noche de ese día la inseguridad volvió a golpear muy fuerte en esa zona, con un episodio que pudo tener un saldo trágico.

Así se desprende de lo que informaron a este diario algunos vecinos de 64 entre 115 y 116.

Explicaron que el dueño de una vivienda de esa cuadra recibió un balazo en una rodilla, después de que tres motochorros le reclamaron que les entregara el auto con el que acababa de llegar junto a su esposa y una hija menor de edad, sin que él se opusiera a hacerlo.

La víctima -de quien no trascendieron datos- tiene alrededor de 30 años, aseguraron los vecinos, quienes no dudaron en sentenciar que la historia pudo haber terminado “muchísimo peor”.

“SE SALVO DE MILAGRO”

Con ese barrio todavía comentando en la calle y en los comercios el dramático intento de asalto que sufrió esa familia, una vecina ofreció a este diario detalles del caso.

Relató que “los tres (el matrimonio y su hija) recién llegaban en su auto y cuando estaban abriendo el portón de garaje se les acercaron tres pibes que estaban en moto”.

La vecina sostuvo que “uno de estos delincuentes le reclamó al muchacho que les entregara el auto y él no se opuso, pero igual le dieron un tiro en una rodilla”. Luego habrían efectuado tres detonaciones más.

Tras recibir el balazo, “el muchacho cayó al piso y el que le disparó le apuntó a la cabeza, como queriendo rematarlo en la vereda. No sabemos por qué, pero gracias a Dios no lo hizo”, comentó la misma vecina.

De inmediato aportó un dato que podría explicar por qué los delincuentes desistieron de seguir adelante con sus planes.

Según recordó, “luego de escuchar cuatro disparos, algunos vecinos accionaron el botón antipánico que funciona en el barrio para defendernos ante cualquier situación de estas características o por movimientos sospechosos”.

Por lo que contaron en el barrio, varios vecinos salieron rápidamente a la calle para ver qué pasaba y entre gritos y algunas corridas, los delincuentes se asustaron y decidieron escapar en su moto sin concretar el robo.

Otra mujer de la zona, también conmovida por lo sucedido, aseguró que “este joven se salvó de milagro, porque los que quisieron asaltarlo parecían dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias”.

Según su relato, “una vez que se fueron los `chorros` llegó la Policía, que llevó al muchacho al hospital”.

La víctima fue trasladada en un patrullero al Policlínico San Martín.

La misma vecina contó que la víctima “le dijo a un compañero de trabajo que creyó que el que lo baleó en la pierna iba a matarlo”.

Distintos frentistas coincidieron en denunciar que desde que terminó el verano, este barrio volvió a sufrir robos. Por eso anticiparon que volverán a realizar reuniones por la inseguridad. Esos encuentros fueron más asiduos desde el brutal crimen del médico Francisco Guerrero, en otro intento de robo en 66 y 116, el 3 de abril de 2015.