Temer anunció medidas de ajuste y proyecta un gobierno de dos años
| 14 de Mayo de 2016 | 02:51

BRASILIA.- El nuevo Gobierno de Brasil del presidente interino, Michel Temer, anunció ayer un recorte de gastos públicos y una auditoría de los programas de asistencia a los pobres, como primeras medidas para sacar al país de la recesión.
Sin embargo, Temer, admitió que no podrá “hacer milagros en dos años”, dando por sentado que Dilma Rousseff será destituida al final del juicio político que enfrenta y por el que fue suspendida de sus funciones este jueves.
“Quiero que al dejar la Presidencia, me miren y digan por lo menos: ese sujeto arregló el país”, dijo Temer en una entrevista concedida ayer a la revista Época.
Temer aseguró que tanto él como sus ministros están “imbuidos de un sentido de urgencia” para adoptar las medidas necesarias para sacar al país de la recesión.
“No es porque es imposible hacer milagros que no se deben establecer metas ambiciosas, como las que delineé. Es posible hacer mucho, no tengo duda. Y si no hubiera ambición, ¿cuál es el propósito de intentarlo?”, comentó.
CUENTAS PUBLICAS
Las medidas más duras, dentro del “importante” plan de ajuste que prepara el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, tendrán que esperar a que se conozca el real estado de las cuentas que dejó Dilma Rousseff, quien fue suspendida el jueves precisamente bajo la acusación de haber realizado maniobras contables irregulares para maquillar el déficit fiscal. La falta de anuncios de mayor peso causó desagradó al mercado y la bolsa de Sao Paulo reaccionó con una fuerte caída del 2,70 %.
Sin embargo, el conocimiento de los datos precisos, según Meirelles, es esencial para fijar unas metas “realistas” con las que ofrecer la seguridad y la “confianza” que los actores económicos han perdido por la crisis. La prioridad del Ejecutivo de Temer será reducir el déficit fiscal y recortar la deuda pública que, según el jefe del equipo económico del Gobierno, es “insostenible”.
El déficit fiscal primario, antes del pago de los intereses de la deuda, fue equivalente al 2,28 % del producto bruto interno (PBI) en los últimos doce meses cerrados en marzo, el peor dato desde que se comenzaron a elaborar estadísticas en 1997.
Teniendo en cuenta el pago de los intereses, el déficit fiscal escala al 9,73 % del PBI en los últimos doce meses y la deuda pública se sitúa en el 38,9 % del PBI, según los datos oficiales más recientes.
Meirelles prometió que se apurará, pero aseguró que solo anunciará sus propuestas cuando haya garantías de que se puedan implementar, para evitar los vaivenes que se produjeron los dos últimos años, cuando la guerra abierta entre Rousseff y el Congreso impidió aplicar el plan de austeridad que se proponía la mandataria.
El ministro de Hacienda fue optimista, aseguró que el Congreso está “preparado para oír una evaluación realista” y tomar las medidas necesarias con las que, según él, se podrá salir “rápido” de la crisis y retomar el crecimiento.
No obstante, el nuevo ministro de Presidencia, Eliseu Padilha, no dudó en calificar la situación actual como “la peor crisis de la historia” de Brasil, una situación “de emergencia”.
GOBIERNO DE SALVACION
Lo cierto es que ayer Temer dejó en claro que aspira a mantenerse dos años en el poder, hasta el final del mandato de Dilma, al frente de un “Gobierno de salvación”, con un Estado “sin corrupción y eficiente”, pese a que nueve de sus ministros están salpicados por el escándalo de Petrobras.
A pesar de su convicción de que concluirá el mandato que estrenó Rousseff en 2014, Temer, dio órdenes orden de que la fotografía oficial de la presidenta se mantenga en las oficinas públicas hasta que se defina su condición.
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