Max Verstappen hizo historia al triunfar en el GP de España

L a escudería Mercedes, ganadora de las últimas diez carreras de Fórmula 1, quedó fuera de competencia en la primera vuelta del Gran Premio de España por un inexplicable accidente entre sus pilotos, el inglés Lewis Hamilton, y alemán Nico Rosberg, lo que permitió al holandés Max Verstappen, debutante en el equipo Red Bull, consagrarse como el piloto vencedor más joven de la historia, con apenas 18 años.

Verstappen, que disputó las cuatro primeras pruebas de la temporada con Toro Rosso, marcó un tiempo de 1:41:40.017 en las 66 vueltas y relegó en el podio al finlandés Kimi Raikkonen (+0.616) y al alemán Sebastian Vettel (+5.581), ambos con Ferrari, quienes terminaron segundo y tercero respectivamente.

“Muchas gracias al equipo por darme un auto tan bueno. Fue un gran triunfo porque tenía detrás a alguien muy persistente como Raikkonen”, pronunció el holandés durante la ceremonia de premiación, en la que dedicó la victoria a su padre Jos, quien disputó 107 carrera de F1 entre 1994 y 2003.

Verstappen, ex piloto de Fórmula Renault y Fórmula 3 Europea, ascendió al equipo Red Bull justamente a partir de este Gran Premio catalán en lugar del ruso Daniel Kvyat, que bajó a la escudería Toro Rosso después de su polémica actuación la fecha anterior en el circuito ruso de Sochi, donde provocó el abandono de Vettel por una maniobra imprudente.

Hasta ayer, el prodigioso holandés registraba dos cuartos puestos en Hungaroring (Hungría) y Austin (Estados Unidos) como mejores resultados en la categoría, a la que arribó con 17 años la temporada pasada.

Si le faltaba demostrarlo, Verstappen dejó en evidencia en España su enorme concentración y gran capacidad al volante para liderar una carrera sin cometer errores, acosado por la experiencia del finlandés Raikkonen (36) y el talento del Vettel, tetracampeón de Fórmula 1 (2010, 2011, 2012 y 2013).

El Gran Premio de España, sorpresivo en más de un aspecto, se le presentó como una excelente oportunidad de hacer historia cuando Hamilton, actual campeón, y Rosberg, líder de la temporada, abandonaron por un accidente que despertó furia interna en el equipo Mercedes, que mantenía un monopolio de éxitos desde el 20 de septiembre del año pasado en Suzuka, Japón.

El inglés partió en la “pole position” pero fue superado por el alemán y en su intento de recuperar el liderazgo, a la altura de la tercera curva del circuito (4.655 metros), embistió a su compañero, pisó el césped, perdió el control de su auto y arrastró a Rosberg fuera de pista.

“Es inaceptable. El que va delante tiene derecho a defenderse. Lewis nunca debió intentar meterse por ahí”, cuestionó el austríaco Niki Lauda, asesor de Mercedes, sobre la maniobra que realizó el británico.

Más prudente, su compatriota Toto Wolff, jefe de equipo, entendió al accidente como “algo desafortunado” por lo que “no se puede culpar a nadie en particular”. Según su visión, los dos pilotos “estaban peleando por una posición” y terminaron fuera de carrera, lo que produjo “una gran tristeza en el equipo porque había mucho potencial para conseguir el 1-2”.

En definitiva, la escudería alemana cortó su racha ganadora y hasta quedó fuera del podio como había sucedido en la anterior competencia ganada por otro equipo cuando Vettel se impuso en el Gran Premio de Singapur 2015, seguido por el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull) y Raikkonen.

A partir de entonces, Hamilton logró tres victorias decisivas (Japón, Rusia y Estados Unidos) para su posterior campeonato y Rosberg encadenó después siete triunfos consecutivos.