Necesita varios refuerzos, pero con lo que tiene podría haber hecho más

Está bien que Rinaudo sea “el alma”, aunque no puede ser el único que empuje al equipo hacia adelante. Nadie fue capaz de sembrar optimismo en ataque

Por

Martin Mendinueta

OPINIÓN

 

E s tan cierto que este plantel mens sana “pide a gritos” una fuerte renovación en el próximo mercado de pases, como que Gustavo Alfaro no está logrando equilibrar a una formación incapaz de ofrecer solidez en alguna de sus líneas.

Más allá de la buena labor del cuestionado Enrique Bologna (le está costando mucho ganarse la confianza popular), la imagen general de quien cayó derrotado fue demasiado pobre. La gran incógnita del trámite pasaba por acertar en qué momento y cuántas veces el local iba a perforar la resistencia “tripera”. Sólo la mala puntería de River salvó a Gimnasia de una goleada que hubiera levantado, todavía más, la temperatura irritable que gobierna el ánimo de su gente.

Repasemos algunos aspectos clave: ¿Tiene un buen armador de juego? No. ¿Cuenta con zagueros rendidores y confiables? Tampoco. ¿Puede apoyar su búsqueda ofensiva en lo que genera por las bandas? Negativo. ¿Lastima con “poder de gol”? Muy poco. Además de “Fito” Rinaudo, ¿posee otro jugador que se imponga en el campo por sus atributos individuales? La respuesta también es dolorosa, no.

Durante la desapacible tardecida del sábado, jamás se instaló con fuerza la sensación de que, quizás, podía ganar Gimnasia. En el primer tiempo no llegó nunca con peligro; y en el complemento, la tibieza infectó las poquitas buenas intenciones de hacer revolcar al mimado Barovero. El adorado “Trapito” se retiró del campo, ovacionado y visiblemente emocionado, sin haber sido exigido. Gimnasia aceptó mansamente convertirse en un pálido testigo de la fiesta que organizó todo River para despedir a su ídolo de bajo perfil.

¿PUEDE JUGAR MEJOR? ¡DEFINITIVAMENTE, SI!

 

El ya elogiado capítulo inicial que realizó en el último clásico demostró que este equipo irregular puede rendir bastante más de lo que lo viene haciendo. Aquella noche supo acorralar a Estudiantes. Resultó, sin dudas, su mejor producción. Maximiliano Meza, en un nivel claramente superior al que tuvo en el Monumental, fue valioso. Como las proyecciones de Facundo Oreja, el despliegue eficiente de Roberto Brum, la conducción natural de Fabián Rinaudo y los movimientos de Walter Bou como peligroso habitante del área rival. Con escasa distancia entre líneas, formó un bloque homogéneo; todo lo contrario a lo observado en Núñez.

Frente a un River sacudido por tantos malos resultados, Gimnasia pensó mucho en no perder y... terminó perdido. Desnudo de convicción, la precisión y el juego asociado fueron hirientes utopías.

Otro tema a revisar es la nueva ubicación de Lucas Licht en la mitad de la cancha. Allí no está rindiendo. Su aporte queda lejos de marcar diferencia tanto en la contención como en la creación. La ausencia por lesión de Matías Noble representa una baja sensible. Quizás sea la hora de probar otra alternativa por el sector izquierdo. Que Fabián Rinaudo sea “el alma y la bandera” de este Gimnasia representa un simbolismo saludable, pero de ninguna manera puede ser el único que lleve, con afán conductivo, la pelota hacia adelante. Así no alcanza. La manera implementada para construir situaciones de ataque esta vez resultó un fracaso.

COPA ARGENTINA, OBJETIVO CENTRAL

El partido del próximo miércoles ante Club Social y Deportivo Madryn representa la última oportunidad que le ofrece este primer semestre de abrigar una ilusión. En una competencia donde siempre le ha ido mal, ahora no debe fallar. Superando este primer escollo, podrá cerrar tranquilo el torneo Transición frente a Colón, irse de vacaciones y planificar seriamente un mercado de pases donde realice buenas inversiones.

Gustavo Alfaro parece haber hecho un certero diagnóstico sobre las fortalezas y debilidades del plantel. Eso es un primer paso muy importante. El segundo y fundamental, comenzó a generar incertidumbre y radica en que, hasta el momento, el director técnico no pudo elevar el nivel de rendimiento con respecto al ciclo tutelado por Pedro Troglio. La conclusión inquieta: El equipo dirigido por Alfaro no juega mejor que cuando lo armaba Pedro. Dicha realidad siembra lógicos interrogantes respecto al futuro. Por eso, ganar el miércoles será fundamental. La autoestima albiazul no repunta. Y ya es hora de que el cambio de entrenador empiece a dar frutos más dulces.

Copa Argentina
Enrique Bologna
Fabián Rinaudo
Facundo Oreja
Gustavo Alfaro
locuratripera
Lucas Licht
Matías Noble
PUEDE JUGAR MEJOR
Roberto Brum

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