Un segundo juez quiere extraditar al “Chapo” Guzmán de México a EE UU

CIUDAD DE MEXICO.- Un segundo juez federal mexicano determinó que es procedente extraditar al líder narco Joaquín “Chapo” Guzmán a EE UU, en un fallo que aún debe ser ratificado por la Cancillería.

La consideración del juez está relacionada con un segundo proceso de extradición solicitado por una corte federal de Texas y fue anunciada ayer en un comunicado por el Consejo de la Judicatura. Hace una semana, otro juez ya había resuelto algo similar con un primer proceso de extradición solicitado por una corte en California.

Debido a los plazos que tienen tanto el gobierno para resolver sobre el envío como la defensa para impugnar la eventual extradición, pueden pasar meses antes de que Guzmán eventualmente pise territorio estadounidense. Por esta segunda opinión, comienza un plazo de 20 días para que la Cancillería determine si concede o no la extradición de Guzmán y, si lo hace, la defensa del hombre al que se sindica como el líder del Cártel de Sinaloa aún tiene 30 días para apelar la decisión.

CARGOS GRAVES

La Judicatura señaló que el segundo proceso está relacionado con cargos por asociación ilícita para importar y distribuir cocaína y marihuana a EE UU, lavado de dinero y posesión de armas, además de homicidio. Guzmán enfrenta acusaciones de siete fiscalías federales en EE UU, incluidas las de Chicago, Nueva York, Miami y San Diego.

El capo narco fue detenido en enero de 2016 casi seis meses después de haber huido del penal de máxima seguridad del Altiplano, en las afueras de la Ciudad de México, a través de un túnel de 1,5 km que daba hasta la zona de la ducha de su celda. El “Chapo” ya se había fugado de otra prisión de máxima seguridad en 2001 y pasó más de una década como uno de los prófugos más buscados del mundo hasta su recaptura en 2014. Tras su última detención, las autoridades lo recluyeron nuevamente en el penal del Altiplano y dijeron que habían reforzado la seguridad.

Sin embargo, hace poco más de una semana, Guzmán fue repentinamente transferido a otro penal en Ciudad Juárez, cerca de la frontera con EE UU, en un movimiento que -según el gobierno- tenía que ver con nuevas obras para fortalecer la seguridad en la cárcel que estaba.