Le pegaron un tiro en la mano para robarle la moto en 50 y 153

Poco antes de las 3.30 de la madrugada de ayer sonó el teléfono de Diego Maidana (29), un vecino del barrio Centinela. Era un amigo suyo que le pedía que fuera a verlo hasta su casa. El joven salió en su Zanella de 150 cilindradas que, un rato después, terminaría en manos de dos ladrones que le pegaron un tiro en la mano para sacársela.

El asalto callejero se dio en 50 y 153, por donde el muchacho iba solo. Aparentemente, y según la declaración que él hizo a la Policía, un par de delincuentes le cercaron el paso.

Lo poco que llegó a ver la víctima entre la oscuridad era que estaban vestidos con ropa oscura y que cada uno se tapaba la cara con un casco. No trascendió si alguno de ellos le lanzó una amenaza para que se detuviera, o si incluso le mostraron un arma para que frenara la marcha.

Sólo se pudo establecer que el delincuente que iba de acompañante sacó de su campera una pistola con la que le apuntó a la víctima y le tiró.

El balazo impactó de lleno en la mano derecha de Maidana, que cayó lastimado en el lugar. A los asaltantes, entonces, les fue simple apoderarse de la Zanella. Ellos se trasladaban en otra moto de la misma cilindrada, aunque no se supo de qué marca o modelo. Según trascendió, no se llevaron otra pertenencia del joven.

De acuerdo a la declaración hecha en la comisaría por el herido, fue un vecino del lugar el que detectó la situación y pudo llevarlo hasta el hospital San Martín, lejano a varios kilómetros del lugar del hecho.

Aparentemente, los efectivos se enteraron de lo que ocurrió en pocos minutos: rápido, pero no lo suficiente como para interceptar a algún sospechoso en los alrededores. Los motochorros por ahora siguen prófugos.

Su pareja habló con EL DIA del tema y alegó no saber nada porque no pudo hablar con él. Sólo agregó que Maidana ya se encuentra en su casa, distante a unas 12 cuadras de donde lo asaltaron, descansando luego de la noche ajetreada.

La información médica dio cuenta de que la bala abrió un orificio de entrada y de salida. “Va a estar unos días sin poder trabajar”, se lamentó la mujer. Ambos se desempeñan en cooperativas municipales.

otro caso en esa esquina

Hubo más de un vecino de la esquina donde fue el asalto que se alarmó por la noticia. Pero hasta cierto punto, porque según ellos la inseguridad es palpable en las zonas cercanas a las avenidas 44 y 60 .

“Mucha gente directamente evita andar de noche caminando, porque saben que la asaltan”, advirtió un comerciante. Las principales víctimas suelen ser quienes van y vuelven de las paradas de colectivos.

El hombre además dijo que los mayores perjudicados por los ladrones son sus colegas y también los repartidores. “Se necesita más policía”, pidió.