Paternidad, fútbol y frustración

Carlos Portaluppi encarna a un taxista que vaga por la ciudad y que no encuentra cómo salir de su soledad, excepto cuando se conecta a la vida por medio de su amado San Lorenzo de Almagro en “Hijos nuestros”, el filme que se estrena hoy en la Ciudad y que cuenta con la participación de Ana Katz.

La ópera prima de los directores Juan Fernández Gebauer y Nicolás Suárez se mete en la piel de Hugo Pelossi, un ex jugador “cuervo” que tras siete gloriosos partidos en la primera del equipo azulgrana debió retirarse por una rotura en su tobillo que fue mal operado.

Esa situación lo convirtió en un ser taciturno y solitario, que encuentra su lugar en el mundo dentro del taxi que maneja a toda hora, excepto cuando va a la cancha o a un bar a ver los partidos de San Lorenzo, club al que sigue amando y que se encuentra presente en toda la película.

“Pelossi es un personaje hermoso. Fue una aproximación muy linda al cine, con un guión impecable. Esta historia me permitió conectar con cosas profundas, como la soledad”, explicó el protagonista.

“Hugo -indicó el actor- tiene la posibilidad de insertarse, pero oscila y solamente es sostenido por la pasión de San Lorenzo”.

La película demuestra un bajo, pero muy bien utilizado presupuesto, con cámaras fijas y una imagen cuidada, donde se impone la falta de diálogos, apoyándose en las expresiones sin límites de Portaluppi, cuya cara, en la mayoría de las tomas, expresa una mezcla de desasosiego y ausencia de la realidad.

En uno de los viajes, Pelossi conoce a Silvia (Katz) una mujer divorciada, madre de Julián (Valentín Greco), un adolescente que juega al fútbol y sobre el cual el taxista proyecta su frustración y, a la vez, los sueños rotos de aquel pasado de jugador que pueden convertirse en realidad en los pies del joven.

“La película trasciende al fútbol y se mete en la condición humana, eso me llamó la atención. Es una película chica, pero grande de corazón. Tiene un tratamiento estético impecable y se puede ver a una Buenos Aires hermosa. Se ve mucha gente sola en la vida, más allá del taxi”, agregó Portaluppi.