Se multiplican los reclamos por los enormes baches en los barrios

Rajaduras, hundimientos, lomadas, pozos. En La Plata, de un tiempo a esta parte, el pavimento parece más una pista de obstáculos para deportes extremos que la red vial de una ciudad.

Las quejas de los conductores, en ese sentido, se multiplican exponencialmente. Es que el mal estado del asfalto puede tener consecuencias serias: riesgos de accidentes, debido a maniobras imprevistas, y el desgaste o la ruptura abrupta de piezas clave de los automotores.

Desde las localidades de la periferia platenses, donde las mejoras de asfalto se han hecho esperar mucho más que en el ejido urbano, los reclamos por la falta de mantenimiento del pavimento son permanentes. Pero también se advierte el descuido de las calles de los barrios del casco fundacional y hasta en zonas del microcentro de continuo paso de coches y colectivos, que por su elevado movimiento requeriría de una atención particular.

La lista de calzadas con la cinta asfáltica, el hormigón o el adoquinado en mal estado, es tan nutrida que sería imposible detallarla entera. Por lo pronto, a partir de un relevamiento de este diario sumado a los reclamos que han hecho llegar los vecinos, se pueden mencionar como casi intransitables por su nivel de deterioro las calles 4 entre 43 y 44, 59 entre 10 y 11, 12 entre 526 y 527, 22 entre 54 y 55, 66 entre 121 y 122, 137 de 524 a 527, diagonal 73 entre 9 y 10, 38 y 133, 139 entre 520 y 521, 4 y 51, 17 y 54, 58 entre 10 y 11, 10 y 55, 61 y 21, 14 entre 60 y 61, 4 y 59, 14 y 64 y 65, 22 entre 54 y 65 y 47 y 16.

El alerta de los vecinos

Fueron, por caso, los mismos vecinos de Tolosa, más concretamente de la calle 12 entre 526 y 527, quienes señalaron su malestar por la falta de arreglo de un pozo - “gigante”, según lo describieron - que, en cualquier momento, aventuraron, “va a provocar un accidente grave”.

También, en uno de los límites con la ciudad de Berisso y zona de alto tránsito, justamente por ser un punto de comunicación entre los dos distritos, en la avenida 66 a la altura entre las calles 121 y 122, los vecinos reclamaron, en este caso, por la condición en que un equipo de operarios que trabajó en el arreglo de la calle y el cordón “dejó todo peor de lo que estaba”. Según indicaron los vecinos, “quedó en medio de la calle un pozo enorme que es un peligro porque los autos lo esquivan y para eso se pasan al carril contrario”.

Las razones por las cuales los pavimentos se estropean son varias (desde climáticas, por las lluvias excesivas, hasta del deterioro progresivo por el correr del tiempo), pero en gran parte de los lugares de donde provienen los reclamos se trata de zonas con una gran circulación de tránsito pesado y en esas circunstancias sólo se conserva el buen estado de la calzada con tareas de mantenimiento permanentes. Ocurre que, según comparan los expertos en ingeniería vial, el paso de una camión puede tener, fácilmente, unas 5 toneladas, y el paso de ese solo vehículo equivale a la circulación de 5 mil autos livianos.

Los materiales según la zona

El pavimento de La Plata es de distinto material, según sea la zona de circulación.

Mientras que la cinta de asfalto se reserva para casi todo el casco urbano y se trata de preservar, donde todavía persiste, el empedrado que alguna vez fue lo más característico de la Ciudad, la calzada que conforma el anillo de la Circunvalación, con el constante paso de vehículos de gran porte, está construido con hormigón armado.