Asaltan a chicos todos los días en la salida del Colegio Nacional

¿A quiénes les tocará mañana? Esto es lo que se preguntan alumnos del Colegio Nacional, resignados y asustados porque todos los días escuchan casos de compañeros a los que asaltan en las inmediaciones del Colegio cuando salen de clases.

Las autoridades del establecimiento conocen el problema; admiten que es motivo de fuerte preocupación y advierten que han hecho ya varias gestiones y solicitudes para que se garantice presencia policial en los horarios de salida, tanto del turno mañana como el de la tarde.

Según testimonios de padres y alumnos, no se ven efectivos -ni de la Bonaerense ni de la Policía local- que custodien y vigilen las inmediaciones del colegio, a pesar de las denuncias reiteradas por el accionar de grupos delictivos que los propios alumnos ya tienen identificados.

“Sólo contamos con integrantes de la guardia edilicia de la Universidad, pero no alcanza”, dicen en el colegio, que tiene 1.714 alumnos y casi 400 docentes.

La metodología delictiva se reitera, en forma casi idéntica, todos los días: las víctimas son “apretadas” por jóvenes que les exigen la entrega del celular, la computadora, la campera o las zapatillas. En la mayoría de los casos, lo que buscan es el teléfono o cualquier otro dispositivo tecnológico. Se sospecha que las bandas que actúan en la zona podrían ser un engranaje de una organización dedicada a la reventa de celulares robados (ver aparte).

Según testimonios coincidentes, los que roban son grupos de jóvenes -algunos aparentemente menores y otros en el filo de la mayoría de edad- que rodean a las víctimas a pocos metros del colegio. Actúan, generalmente, alrededor de 2 y 49 y de 1 y 50.

Hasta ahora no hay denuncias de chicos que hayan sido lastimados o heridos en los ataques delictivos. Según las denuncias que se conocen, los delincuentes no exhiben armas y buscan intimidar a sus víctimas para que les entreguen lo que les exigen. El riesgo está en la reacción de las víctimas. ¿Qué les puede pasar si instintivamente se niegan a entregar lo que les piden? Más allá de eventuales consecuencias físicas, a los chicos que sufren estos ataques les pueden quedar secuelas psicológicas.

La situación genera gran preocupación e impotencia entre los padres, que escuchan relatos cada vez más frecuentes de parte de sus hijos sobre hechos de este tipo.

Hay chicos que han sido asaltados a pocos metros del lugar en el que eran esperados por sus padres a la salida del colegio. Ocurre que la congestión que se produce en esos horarios torna muy difícil recogerlos en la puerta misma del establecimiento y por eso coordinan muchas veces el encuentro a media cuadra o a una cuadra del acceso de 1 y 49.

Los alumnos de primer año del Nacional son chicos de entre 12 y 13 años. Las clases del turno tarde terminan entre las 18 y las 19; ya de noche en esta época del año. Por eso se acentúa el temor entre los padres, frente a un fenómeno que no se sufre sólo en el Colegio Nacional, aunque ahora parece especialmente focalizado en esa zona.