Dieta saludable: ahora dicen que lo mejor es comer de todo

Así lo aseguran distintos expertos en nutrición, quienes marcan la importancia de las harinas, las carnes y los lácteos

Si en el último tiempo la carne roja, las harinas y los lácteos figuraban entre los principales enemigos de una dieta saludable, ahora esos mismos alimentos parecen constituir la base de toda guía dietaria que se precie de tal. En tiempos donde las patologías alimentarias se multiplican y crecen los trastornos como la ortorexia -que es la obsesión por consumir alimentos saludables, puros y limpios-, los expertos en nutrición parecen haber cambiado de paradigma y darles un lugar de privilegio a estas comidas hasta hace poco demonizadas. La fórmula, aseguran, es comer con moderación pero absolutamente de todo.

Según la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), la demonización de alimentos como las harinas, los lácteos o la carne no hace más que acorralar y limitar al consumidor sin generarle ningún tipo de mejoras. En el caso puntual de la carne, acusada de provocar un desequilibrio en las grasas, de ser un alimento de difícil digestión y de aumentar el colesterol, los especialistas de la SAN aseguran que proveen aminoácidos y, sobre todo, hierro de origen animal, que, a diferencia del vegetal que pueden tener las legumbres y algunas verduras, “es de absorción inmediata por el cuerpo y en niveles muy superiores. Las proteínas que aporta son de alto valor biológico, y para quienes hablan de su alto contenido graso, hay que decir que uno puede elegir los cortes magros”.

El caso del huevo es todo un ejemplo en este cambio de paradigma. Apartado de todas las dietas y sugerencias saludables durante años, ahora encabeza las recomendaciones nutricionales de las nuevas guías dietarias que proliferan por aquí y en el resto del mundo. “En los 80 se lo responsabilizó de todo -declaró en los últimos días la reconocida especialista en nutrición Mónica Katz, y ahora de forma casi absurda se recomienda como manteca”.

Una de las últimas tendencias también fue demonizar a los lácteos, reemplazados en muchas dietas por productos como la leche de soja o la de almendras. “Son tendencias que cobran fuerza pero que no tienen rigurosidad médica -apunta la nutricionista Clara Monsibais-. Los seres humanos necesitamos comer de la forma más diversificada posible, porque toda vez que eliminamos algún alimento tenemos más riesgos de perder o sufrir un déficit de algún tipo de nutriente. Lo que debemos incorporar a nuestra hábito alimentario es la moderación: hay que comer de todo pero en su justa medida”.

La recomendación es “comer carnes, blancas o rojas, preparadas en forma simple con una guarnición de vegetales variados de acuerdo al plato, y agregarle si se quiere un postre, que puede ser una ensalada de frutas o un helado chico, si es de agua mejor”, precisa por su parte la nutricionista Rosa Labanca, para quien “es muy importante no comprar de más, porque si un día se come distinto no se engorda, pero si compramos de más, comemos más días hasta terminar lo que compramos”.

Si bien los distintos expertos en nutrición recomiendan limitar la cantidad de pan y bajar la ingesta de azúcar, sobre todo a partir del elevado y cada vez más preocupante consumo de gaseosas azucaradas, también remarcan la importancia de no privarse a la hora de comer. Comer un postre o una porción de torta en un cumpleaños, argumentan, tiene un valor afectivo y emocional muy importante y no debe ser dejado de lado. Por eso lo importante es cuidarse pero sin caer en fundamentalismos que excluyan alimentos habitualmente demonizados por las dietas.

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