Pedirían una detención en la causa por las riñas de gallos

La investigación desatada en la Ciudad, a partir de la existencia de una organización que se dedica a las riñas de gallos, tiene por ahora a dos hermanos identificados. Lo que se conoció en las últimas horas es que el mayor de ellos, de 39 años, aparentemente estaba vinculado a otra causa, por presunta venta de drogas, aunque gozaba de un arresto domiciliario.

El lugar donde esta persona vivía es el mismo donde, informaron fuentes del caso, se desarrollaban las peleas entre los animales, una actividad que se encuentra penada por ley y que prevé penas de entre 15 días y un año de prisión.

podria volver a prision

En este contexto, está la posibilidad latente de que el funcionario judicial requiera que el tribunal oral que interviene por aquella primera causa le revoque el beneficio de la prisión domiciliaria.

Si ese supuesto pedido -que podría surgir en las próximas horas- es aprobado, el imputado volvería a estar tras las rejas.

Hasta que la Policía fue a allanar su vivienda, en 515 y 214 de Abasto, el imputado y su hermano residían en ese lugar. También era ahí donde se organizaban los eventos con gallos, que de acuerdo a los voceros consultados mueven abultadas sumas de dinero.

El fiscal Garganta continúa analizando las constancias y pruebas acercadas por el equipo que encabeza el subcomisario Daniel Claure, responsable de los trabajos de campo, para definir si requiere nuevas órdenes de registro.

Si bien todavía no se conocen los resultados del entrecruzamiento de llamadas, que se harían a partir del secuestro de varios teléfonos celulares, la recepción de distintas declaraciones llevaron a los pesquisas a mirar hacia otros sectores de La Plata, donde también habría vestigios de este tipo de peleas clandestinas.

Todo se disparó cuando la Policía descubrió un criadero de gallos de riña que funcionaba al amparo de la aparente tranquilidad que brindan los sectores menos urbanizados, en un gran predio de Abasto de unos 50 metros de frente por otros 100 de fondo.

De acuerdo a fuentes del caso, a ese lugar se llegó siguiendo la pista de varios testimonios, que dieron cuenta de la existencia de esa actividad, pese a que está expresamente prohibida por la Ley Nacional Nº 14.346, de Protección a los Animales.

Los voceros consultados por este diario precisaron que el operativo se desarrolló el lunes pasado, donde presuntamente se desarrollaban las peleas clandestinas, como así también su aparente comercialización y entrenamiento para competencias en otros distritos.

Los efectivos rápidamente localizaron los pabellones con las jaulas, donde se contabilizaron un total de 110 ejemplares que, de acuerdo a las primeras estimaciones, estarían valuados en unos 4.000 pesos cada uno.

Todas las aves fueron secuestradas y ahora la Justicia le está buscando un lugar para llevarlas, entre los cuales podría encontrarse una reserva natural en la zona sur del Conurbano, pero primero deberá definirse quién se hace cargo de su mantenimiento.

También, de acuerdo al reporte oficial, encontraron “un ring ovalado con manchas hemáticas; 35 picos de metal: dos púas de acero; 11 guantines; 18 bozales de cuero; un cronómetro y gran cantidad de frascos con sustancias medicinales”.

Para poder requisar la finca de Abasto, los agentes exhibieron una orden emanada por la jueza de garantías en turno, Marcela Garmendia.