Medalla de bronce para volver a la Copa

Por MARTIN CABRERA
ANALISIS

CORDOBA
ENVIADOS ESPECIALES

Estudiantes terminó el semestre de la mejor manera: con la copa en la mano y celebrando su regreso a la Libertadores, esa competencia que tanto le gusta a su gente, la que ganó cuatro veces y a la que volverá por 14ta vez luego de un año de ausencia. Para eso tuvo que ganarle el partido repechaje a Godoy Cruz en el Mario Kempes de Córdoba. Fue 1-0 con gol de Juan Ignacio Cavallaro en el primer tiempo. Un golazo.

El triunfo por esta suerte de partido por el tercer y cuarto puesto le permite irse de vacaciones con tranquilidad y el orgullo de haber logrado un objetivo importante. Un premio para un equipo sólido que lleva 11 fechas sin perder, que se metió debajo del imparable Lanús, que se reconstruyó y que tiene en el horizonte el sol que necesita para seguir.

Si bien ganó con justicia 1-0 sobre el que hasta ayer era la revelación del torneo, no haber podido definir antes el partido hizo que hasta el último minuto sufriera un posible empate que llevara el partido a tiempo suplementario y, posiblemente, a penales. Aunque no pasó sobresaltos, tuvo que apretar los dientes hasta el minuto 49 para asegurarse el pasaporte.

A Estudiantes le costaron los primeros minutos del partido. Godoy Cruz lo presionó muy arriba y eso puso en aprietos la salida y tenencia de pelota. El Pincha se vio incómodo con el partido, el rival y la cancha. Todas las imprecisiones juntas se vieron en esos 15 minutos que mostraban mejor al equipo mendocino, aunque es cierto sin llevarle peligro a Mariano Andújar.

Pero de a poco empezó a hacer pie Estudiantes. Con la recuperación sistemática de Santiago Ascacibar, el equipo comenzó a mostrarse más entero como para pelear el partido. Primero avisó con un desborde por derecha de Augusto Solari que casi empuja al gol Lucas Viatri. Y un minuto después llegó el golazo de Juan Ignacio Cavallaro, que pisó campo rival con pelota, que perdió y recuperó ante la floja marca de Diego Viera y que luego de levantar la cabeza la clavó desde afuera del área al palo izquierdo de Rodrigo Rey, que se estiró pero no pudo ni tocarla.

A partir de entonces el Pincha fue el dueño del partido. Creció Israel Damonte y junto con Ascacibar se hicieron propietarios de la pelota. El Tomba sintió el golpe y si bien no dejó de empujar con más ganas que fútbol, no pudo encontrar jamás distraída a una defensa que salvo por el sector izquierdo no mostró fisuras.

Viatri tuvo el segundo gol pero salvó el arquero. El mismo delantero desbordó minutos más tarde por la derecha y tiró un centro al centro que casi empuja Solari. De contra tuvo varias aproximaciones que no pudo resolver, tal vez en parte por el flojo primer tiempo de Gastón Fernández. Estudiantes cerró mejor ese primer tiempo pero no pudo ni supo cómo empezar a meterse el partido en el bolsillo y eso dejó un signo de pregunta.

La incógnita pareció terminarse en los primeros minutos del segundo tiempo, cuando los ligeritos de Estudiantes tomaron la batuta. Mucha tenencia y triangulación para jugar en campo rival y generar unas cuantas situaciones de riesgo. Primero Rey salvó ante Viatri y luego Solari remató por lo alto. Pero la ventaja siguió siendo mínima.

Con el manejo de la pelota, el equipo de Vivas tuvo todo como para definir el partido frente a un rival desesperado y muy nervioso, que en la medida que pasaron los minutos fue encontrando en la inoperancia albirroja una posibilidad de ponerse en partido.

Empujó y con algunos centros estuvo cerca -virtualmente- del empate, que no mereció pero merodeó.

De contra Carlos Auzqui reventó el travesaño y en el rebote David Barbona (dos que habían ingresado en el complemento) pudo estirar la mínima ventaja. Pero otra vez falló. Entonces Estudiantes defendió con fuerza el 1-0 para llevarse un nuevo triunfo, el que le dio el pasaporte a la copa Libertadores 2017. Merecido premio para un plantel que tendrá tres semanas para prepararse con miras a una temporada cargada de partidos.