Crónica de un amor enfermizo

Es un tema delicado, que pide a gritos no ser frivolizado y, sobre todo, no reducir un potencial caso de violencia de género a “una historia de amor enfermo”: y sin embargo, sus protagonistas sólo colaboraron con la escandalización de su separación porque aunque ambos, Federico Bal y Barbie Vélez, realizaron denuncias por violencia y por destrucción de objetos personales, sus jugadas más fuertes esta semana fueron lejos de la justicia, en los medios...

El escándalo de la temporada empezó como un juego, y terminó con denuncias policiales cruzadas: Fede y Barbie se conocieron hace dos veranos, ella saliendo de una relación seria que prometía casorio, y él, un amante de la noche y las mujeres intentando sumar una nueva conquista.

“Normalizamos una locura, teníamos una relación adictiva”, dijo Fede el pasado jueves en “Intrusos”

Pero quien parecía un gigoló incorregible fue vencido por el flechazo de la morocha: después de días de flirteo, el juguetón Bal conquistaba a la seria Barbie gracias a jurarle fidelidad. Pero esa semilla de desconfianza siempre estuvo planteada: desde el principio, ambos se pasaron las contraseñas de los celulares. Y los celos, lejos de desaparecer con el tiempo, convirtieron las peleas subidas de tono entre ambos en una costumbre.

“Normalizamos una locura, teníamos una relación adictiva”, dijo Fede el pasado jueves en “Intrusos”, en plan confesional luego de que, tras una semana separados, la revista Gente publicara una entrevista con Barbie, con un visible moretón en el brazo y acusaciones de toda índole contra el hijo de Carmen Barbieri.

Bal se hizo cargo parcialmente de la violencia que rodeaba a su enfermiza relación, admitiendo que el moretón podría habérselo causado él la última noche de la pareja, cuando tras un tiempo separados ella regresó a su departamento y rompió sus pertenencias. Queriendo sujetarla, Bal dice que le causó la lastimadura: ella lo acusó, en cambio, de haberla empujado contra un placard y de amenazarla de golpearla.

Barbie fue tapa de Gente y luego realizó una denuncia policial, tras lo cual Bal hizo su denuncia pertinente, en el comienzo de lo que será una larga batalla mediática y legal. “Una mujer golpeada hacer una denuncia, ella decidió hacer una tapa de Gente”, disparó enojado Fede intentando defenderse en el living de “Intrusos”: pero para Bal, limpiar su imagen tras las denuncias llevará más que palabras cruzadas.

Es que no es la primera vez que surgen denuncias de violencia de género en torno a la pareja. Las peleas entre los dos fueron siempre moneda corriente, al punto que no sólo ellos naturalizaban ese estado sino que hasta causaba gracia, por ejemplo, a Nazarena, quien hoy encabeza las denuncias contra el ex de su hija.

LA PRIMERA DENUNCIA

La pareja vivía un amor tórrido, donde la convivencia y los planes de casamiento se mezclaban con los escándalos que apenas podían disimular. Pero en ese momento, todo era éxito en la vida de Fede, ganador del “Bailando”: convocaron a ambos a trabajar en Carlos Paz, y ese fue el comienzo del final. La convivencia laboral y personal forzada llevó a la pareja a nuevos límites de violencia, donde incluso Bal no desmintió que Barbie se hiciera daño a sí misma y gritara “dejá de pegarme”.

Algo así escuchó, de hecho, la vecina de ambos en Buenos Aires, lo que desató la primera denuncia mediática de violencia de género de Bal, en septiembre. Ambos dijeron que se peleaban a los gritos pero negaron violencia, tras lo cual José María Muscari, quien lanzó la primera piedra, se disculpó a regañadientes. Muscari dirigía a Bal en “La jaula de las locas”, por lo cual el hijo de Carmen se bajó de la obra enojado porque su director había preferido ventilar la denuncia antes de hablar con él.

Fue una alarma muy audible de que las cosas no andaban bien. La pareja, según Fede, decidió que “tenemos que bajar”. Pero llegó el verano y el éxito y entonces la situación se detonó.

“Alquilamos una mansión para mis amigos, para sus amigos”, contó Fede de su estadía en Carlos Paz, pero, al parecer, Barbie tenía otros planes. “Estábamos solos, a Barbie Carlos Paz le traía muchos recuerdos tristes”, contó, en referencia al fallecido marido de Nazarena, Fabián Rodríguez.

“Ella estaba mal y se la agarraba conmigo, como yo también hice muchas veces. Así empezó un verano terrible”, siguió relatando Bal en el living de “Intrusos”, y contó que “no era feliz, miraba por la ventana y pensaba: ‘¿qué soy, un tipo de 60 escribiendo mis memorias?’”, en relación a su ritmo de vida.

Entonces, el primer final. “Hubo un episodio muy violento donde yo pensé ‘esto termina en un homicidio’. Entonces llamé a Nazarena y le dije ‘no puedo controlar a tu hija’. Era una época donde Barbie me encerraba, me sacaba el celu, las llaves”, dice Bal. El mediático ganador del “Bailando” reveló que llamó a su suegra porque no sabía como controlar la situación sin hacerla mediática y provocar un escándalo que fuera en detrimento de la obra y de ambos.

SEPARACION

Bal se mandó a mudar. Pero, claro, donde hubo fuego, hormonas quedan: “Empezamos a vernos de nuevo, porque soy hombre, porque la veo hermosa y me mueve el pelo”. Fede y Barbie decidieron tomar vacaciones por separado, pero, como último intento de recuperar el amor, Bal le sugirió a Vélez encontrarse tras las vacaciones con amigos en Europa. El galán incluso se fue antes de sus vacaciones en busca de Barbie.

Pero enseguida volvieron las peleas y la segunda separación. Parecía una ruptura limpia, un final para una historia de pasión demasiado intensa, pero la semana pasada Barbie esperó que llegara de un evento a la madrugada y entonces se desató el evento que ambos denuncian. Bal dice que Barbie entró sin avisar a su departamento, destruyó su celular y desató un caos incontrolable que intentó detener sujetándola. Barbie dice que la empujó contra un placard. Y Fede afirma además que, tras romper su televisor y su celular y dejar la casa “detonada”, Vélez durmió con él: “Con toda la casa explotada, yo la tranquilizaba”, dijo.

Pasaron los días y apareció la tapa de Gente con la versión de Barbie y el moretón. Bal, en mala posición frente a la opinión pública y luego de estruendosas declaraciones de su madre (“se lo quieren cargar como a Fabián Rodríguez”) y también del equipo Vélez, dijo su verdad. Según él, no era él el violento, sino la relación. “A mis amigos les decía: ‘Llego a Roma y le hago un hijo’. Así de locura y pasión era nuestro amor. Nunca viví nada parecido. Cuando estábamos juntos explotaban los planetas, era un amor de una intensidad inmanejable”.

Por supuesto, la versión de Bal de “culpas compartidas” y una “relación violenta” deberá ser analizada a fondo por la ley. La pregunta permanece, sin embargo: ¿cómo, ante tantas alarmas, los mediáticos padres de ambos eligieron agredirse por Twitter en lugar de afrontar la amenaza latente?