La Feria cierra con menos gente, pero buenas ventas

La Feria del Libro de Buenos Aires cierra hoy sus puertas en un año que, según coinciden libreros y editores, contó con menos visitantes pero con un caudal similar de ventas al año anterior, y con un fenómeno que convocó a una multitud de jóvenes, el del youtuber Germán Garmendia, cuya firma de libros obligó a cerrar anticipadamente las boleterías del porteño predio de Palermo en este fin de semana.

Y si bien el runrún general da por sentado que, en términos generales, menos gente recorrió los pasillos de La Rural, de la misma manera se sostiene que las ventas se mantuvieron como en 2015.

El del chileno Germán, con la presentación del libro “#chupaelperro”, es un fenómeno que no es literario, pero que igualmente copó la feria con una desbordada firma de ejemplares que se extendió por unas 10 horas y alcanzó picos legendarios de histeria colectiva, con niños llorando y gritando y el cierre de las boleterías del lugar.

Pero más allá de esto, libreros y editores coincidieron en que este año se distinguió por contar con cerca de un 10 por ciento menos de visitas, lo que igualmente rondaría en una cifra importaante, cercana al millón de lectores y curiosos.

Además de Germán, que vendió más de 30.000 ejemplares de “#chupaelperro”, se sumó el efecto Vargas Llosa, ya que la presencia del Nobel de 80 años colmó una sala para 1.500 personas ante un público que lo rondaba en edad.

En lo que hace a las ventas, el sello Random superó con ‘Cinco esquinas’, la última novela de Vargas Llosa, lo vendido el año pasado. “Tenemos un 19 por ciento de ventas arriba con respecto al 2015, en lo que también ayudó el bestseller de Florencia Bonelli, “Bajo el signo de acuario”, señaló la editorial.

Así, Mario Varga Llosa, booktubers y youtubers, fueron los invitados más esperados.

Los fans del escritor peruano pasaron más de hora y media haciendo fila para verlo; los jóvenes lectores y ‘comentaristas’ virtuales convocaron más de mil niños y adolescentes; y el youtuber del momento logró que abrieran para su firma de libros un pabellón reservado tradicionalmente para la Sociedad Rural.

Frenesí al que se acoplaron fanáticos de sagas juveniles como “Witches”, de Tiffanis Calligaris; o “La quinta ola”, de Rick Yansey.