Dramático testimonio de una víctima de violencia de género

Las discusiones subidas de tono con su esposo de 41 años, muchas veces terminaban con ella brutalmente golpeada, con moretones y heridas, en la casa que compartían en Los Hornos.

Josefina, de 28 años, tenía asumido que formaba parte ya de la convivencia con su marido. Y un poco por temor a él y otro tanto pensando en sus pequeños hijos (un varón de 9 y otro de sólo 1 año), desistía de rebelarse a esas escenas de violencia doméstica.

Pero para esta joven, de nacionalidad paraguaya, el 15 de mayo último esa situación llegó a un punto límite.

Justamente ese domingo, de celebración del Día de la Madre en Paraguay, su pareja volvió a atacarla -según lo denunció en la Comisaría de la Mujer y en una fiscalía platense-, aunque de una manera tan terrible que casi le cuesta la vida.

“ME QUISO ESTRANGULAR”

A medida que Josefina avanzaba en su relato de la odisea sufrida aquel día, su rostro y palabras evidenciaban el drama que la mantiene sensibilizada.

Al punto que, cuando se refirió al momento de la paliza infligida por su marido, rompió en un llanto que se le tornó incontrolable.

Fue cuando recordó que “había salido la noche anterior con sus amigos, que le habían apostado que yo no le iba a permitir esa salida. Pero no le hice problemas y él me aseguró que regresaba a las dos de la mañana del domingo”.

Para sorpresa de Josefina, cuando se levantó a las siete de la mañana de ese 15 de mayo, su esposo no había regresado al domicilio de ambos en 71 entre 144 y 145.

“Lo llamé por teléfono y no me contestaba. Hasta que a pareció a las 7.30 de la mañana”, acotó.

Tras saludarla, “empezó a comer torta y facturas que había en la mesa. Estaba alcoholizado, como otras veces en que me había golpeado”.

La importante demora en volver a su casa tras la salida con amigos, motivó que ella le hiciera reproches.

“Ahí discutimos, me insultó bastante y en un momento dado me hizo comer de prepo las facturas. Agarró luego una cuchilla grande y me empezó a pinchar en diversas partes del cuerpo y además me lastimó con la misma cuchilla los dedos de mis manos”.

Como si fuera poco, siempre en base a lo denunciado por Josefina, “en el baño de casa tomó mi cuello con sus manos e intentó estrangularme. Fue ahí que sentí estar entre la vida y la muerte”, confesó nuevamente entre lágrimas.

Y comentó también que “hasta llegó a agarrarme de los pelos y me arrastró así algunos metros por la casa. También en el suelo me pegó patadas en la cabeza y otras partes del cuerpo. Inclusive, vomité sangre”.

Esas escenas de espanto fueron presenciadas por el hijo mayor de la pareja, de 9 años, quien desesperado por semejante castigo corporal que recibía su madre, quiso salir a la calle a pedir ayuda.

“Pero el padre no se lo permitió”, reflejó Josefina.

También refirió que “cuando después de tanta violencia conmigo cargó sus cosas en el auto para irse de acá, se despidió varias veces del nene más grande”.

Y ahora la mujer teme por su vida. “Por lo que sé, él está viviendo en la casa de la madre. Pero inclusive al otro día de esa brutal paliza, intentó acercarse nuevamente a mí como si nada hubiese pasado. Y si bien ahora no tengo ningún contacto con él, me preocupa que sigue teniendo las llaves de casa”.

Josefina solicitó protección policial y judicial. Se siente indefensa junto a sus pequeños hijos. Una sensación que la mortifica.