La televisión danesa causa furor en el mundo

A medida que la adicción a las series televisivas se expande como la gripe por estos días, el público se ha visto obligado a buscar nuevos horizontes. Por suerte para los “teleadictos”, vivimos en un mundo sin fronteras y hay televisión de calidad en muchos rincones del mundo.

En ese panorama, las series de Dinamarca se han convertido en una especie de “gusto adquirido” para quienes escapan, por sobreexposición o repulsión a ciertos vicios característicos, de la televisión norteamericana. Desde aquella lejana región llegan cada vez más series conocidas por su sofisticación estética, paisajes y ambientes oscurísimos y fríos y resoluciones moralmente ambiguas, una novedad para el espectador entrenado en la ficción estadounidense.

De hecho, los ejecutivos de la tevé, los más rápidos del oeste, ya tomaron nota del fenómeno y, poco proclives a importar series, compraron los derechos para realizar sus propias adaptaciones de dos de las series más importantes del país nórdico: “The Killing” (“Forbrydelsen” en la versión original) y la coproducción danesa-sueca “The Bridge” (“Bron/Broen”). Ambas versiones de la primera pueden verse en Netflix, que ofrece también la versión estadounidense, de menor valía que la original, de “The Bridge”.

El tercer gran suceso de la televisión danesa en los últimos años es “Borgen”, un drama político alejado de los fuegos artificiales de la shakesperiana “House of Cards”: quizás por ello haya fracasado dos veces la remake norteamericana que planificaron NBC y HBO.

“Borgen” es, de hecho, la serie preferida del presidente Mauricio Macri, aunque muchos sugieren que se trata de una elección determinada por su departamento de imagen para contrastar con los shows que seguía la ex presidenta: mientras “Game of Thrones” y “Scandal” retratan los vericuetos oscuros del poder, “Borgen” muestra las posibilidades del diálogo promocionado por el partido de Macri desde las elecciones.

“Borgen” es la serie preferida del presidente Mauricio Macri, aunque muchos sugieren que se trata de una elección determinada por su departamento de imagen para contrastar con los shows que seguía la ex presidenta

El nuevo éxito de la tevé danesa se llama “Bedrag” y es encabezada por Natalie Madueño, una joven nacida en Copenhage y de origen andaluz que fue elegida tras pasar dos “casting” en febrero de 2014, sin haber acabado sus estudios en la Escuela de Teatro y sin experiencia delante de las cámaras.

En “Bedrag” (estafa en danés), Madueño encarna a una ambiciosa abogada de nombre hispano, Claudia Moreno, acorde con sus rasgos físicos, en un thriller noir sobre delincuentes de guante blanco en el mundo de la energía renovable.

La serie, guionada por Jeppe Gjervig Gram, uno de los guionistas de “Borgen”, comienza del mismo modo que “The Killing” y “The Bridge”: con un cadáver que hace homenaje a “Twin Peaks” y que destapa la olla de escándalos que involucran la corrupción de altas esferas del poder y el comercio que recuerdan otro fenómeno de la literatura y el cine del gélido norte de Europa: la saga sueca “Millenium”.

De aquellas latitudes también surgieron la gélida “Akta Manniskor”, serie de ciencia ficción donde los robots trabajan y sirven, que ya tuvo su (poco exitosa) adaptación estadounidense (“Almost humans”) y la coproducción noruego-estadounidense “Lilyhammer”, que retrata la relocalización de un mafioso norteamericano en el frío de ese país nórdico (puede verse por Netflix).

El frío es justamente no sólo parte del paisaje sino de una estética que magnetiza a las audiencias de todo el mundo: los sonidos sordos y los colores oscuros aparecen ominosos en la pantalla, ocultando crímenes que se imaginan impropios de la siestera quietud nórdica, pero que son tan implacables como el hielo.