El monasterio donde vivía monseñor Di Monte

Podría ser el escenario ideal para una escena cinematográfica. Pero la realidad, es bien sabido, siempre le gana por varios puntos a la ficción. Ayer, incluso, algunos hasta recordaban los emotivos discursos de defensa a varios funcionarios kirchneristas de Monseñor Rubén Di Monte, el hombre que supo habitar sus últimos días en ese antiguo monasterio de General Rodríguez. Es que el convento en el que fue detenido el ex secretario de Obras Públicas José López -ya casi deshabitado y donde viven una pocas monjas de avanzada edad- fue el lugar de retiro de Di Monte, el arzobispo de Mercedes-Luján que murió hace ya dos meses y que, al decir de su propio entorno, solía tener una buena relación con los funcionarios ahora sospechados de corruptos.

De estilo colonial y austero, con arcadas repetidas a lo largo de historiadas galerías de época, el convento de General Rodríguez pertenece a la orden de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora de Fátima. A partir de ahora, sin duda, el lugar será recordado como el convento donde fue sorprendido el ex secretario de Obras Públicas cuando intentaba enterrar una millonada de dólares.

El lugar, dependiente a la Arquidiócesis Luján-Mercedes, ocupa un predio situado entre las calles Julio A. Roca, Crespo y Mansilla, a unos 50 kilómetros al oeste de la capital federal. Está ubicado en un barrio con pocas casas y el frente de la propiedad cuenta con frondosos árboles que, como todo buen lugar de clausura religiosa, permiten mantener al resguardo lo que sucede en el interior del predio.

El grupo de religiosas que allí reside, las Monjas Orantes y Penitentes, es una orden misionera que está abocada a la oración y a la penitencia. Según explica el sitio web “Las divinas ordenes” este sacrificio es llevado a cabo para reparar los pecados y sirve para la evangelización, misionera y liberadora.

El ex arzobispo Di Monte se había retirado en 2007 y, desde ese año, residía en el monasterio. En 2014, Julio De Vido participó de una misa en homenaje al monseñor en esa iglesia junto al propio José López. También algunos aseguran que fue De Vido quien pagó el llamado “Fatimóvil”, una camioneta que transporta la imagen de la virgen de Fátima cuando hay festividades religiosas.