Un problema cotidiano: la seguridad vial

Por SUSANA BAUTISTA HUALDE (*)

Las estadísticas en nuestra Región nos adjudican un tristísimo récord de víctimas por accidentes de tránsito en los primeros meses del año. Si no se comprende lo que esto significa para la sociedad seguiremos liderando estadísticas que reportaran pérdidas de vidas, traumas y discapacidades, y lo que es alarmante: la mayoría de los accidentes ocurren en la población juvenil.

¿Cómo podemos afrontar, mejorar, salvar vidas en tanto continuemos con este flagelo? Tal vez en el imaginario colectivo pensemos que los accidentes le ocurren a los otros, pero, la verdad es que la exposición a un choque está a la vuelta de la esquina, todos los días y en cualquier momento.

Si dimensionamos los daños que todos los días sufre nuestra sociedad en todos los aspectos por accidentes en rutas, pueblos y ciudades, los responsables gobernantes, profesionales, técnicos, las asociaciones deberían establecer planes específicos con metas precisas, que se sostengan en el tiempo, normas legislativas y su cumplimiento y, por sobre todas las cosas, implementar con continuidad proyectos continuos de educación vial en las escuelas en todo el ciclo escolar: desde jardines de infantes hasta niveles secundarios.

Sabemos que la educación comienza en la institución familia y se continúa en la escuela, que por sus efectos multiplicadores, éstos se transmiten a la comunidad, para que en un futuro logremos reducir la siniestralidad en el tránsito.

(*) Docente de City Bell.