Canto familiar

Canciones rock con toques de funk, aires de psicodelia, música celta y propulsión latina son el plan maestro detras del Plan.

En franco ascenso, El Plan de La Mariposa viene de agotar tickets en el emblemático Niceto Club porteño, en el marco de la gira “Tres estados del ritual” con la que recorren sus tres discos de estudio: “Brote”, “Trance habitante” y “Danza de antalgia”.

La banda de los hermanos Andersen, que la semana próxima llegará a la ciudad, adosa letras introspectivas, con mística “viajera” y proactiva, a bases rockeras y arreglos de violín, acordeón, quena y sintetizadores que enriquecen el sonido.

En los últimos tiempos, El Plan se viene perfilando como una de las bandas destinadas a pegar el salto a al “grandes ligas”; abrieron 2016 girando por el interior del país y tocando en el escenario principal del Cosquín Rock, y el año pasado telonearon a Manu Chao y a La Vela Puerca en el Luna Park, participaron del festival Taragüí Rock en Corrientes junto a No Te Va Gustar y Ciro y los Persas, y tocaron en el Festival Mastai de San Pedro.

“’Danza de Antalgia’ es un disco íntimo, sensible, marcado por la llegada y la partida al mundo de los seres y por las experiencias que vivimos en la gira que hicimos en 2014 por el norte del país, Paraguay y Brasil, en un colectivo que restauramos” repasa el cantante Sebastián Andersen: “‘Brote’ en cambio es rabioso, salvaje, con la frescura que tiene un disco debut como primera experiencia de grabación en estudio, y está atravesado con la energía de la transgresión, la irritación. Y ‘Trance’ es más festivo, de celebración, introspección y viaje, muy ecléctico con diversidad de estilos y climas”.

El vocalista, que comparte formación con Camila Andersen -voz-, Valentín Andersen -guitarra y voz-, Horacio Rodríguez -flauta y coros-, Máximo Andersen -teclados-, Santiago Andersen -violín-, Andrés Nor -bajo- y Julián Ropero -batería-, destaca que “’Danza...’ es más parejo que los anterores, si bien se mantiene un cierto ‘carácter Plan’, es un disco rockero de canciones. Nuestra intención siempre fue ir mejorando y puliendo el audio y sobre todo irnos adentrando en la búsqueda de nuestro sonido”.

MANOS A LA OBRA

“Estamos haciendo nuevas canciones, en proceso de preproducción” adelanta: “esta vez buscamos hacer un disco conceptual que eche más leña a este ritual que se va expandiendo paso a paso. Estamos buscando un audio más minimalista, con melodías y armonías que nos emocionen y letras que nos ayuden a ahondar aún más en el trance de estar vivos”.

En la familia Andersen, explican, “el trabajo no termina nunca, tenemos la libertad de trabajar todos los días en este viaje de hacer música y de llevarla por los distintos lugares de la tierra. Nos motiva y nos emociona, y nos hace despertar entusiasmados con el sueño de hacer un aporte a la obra de arte que está haciendo la humanidad en su conjunto. En la dinámica de trabajo, cada uno va encontrando su lugar y vamos llevando adelante el proyecto entre todos”.