Un emblema platense que atrae al mundo

Crecen las expectativas en torno a la posibilidad de que la Unesco declare Patrimonio de la Humanidad la obra mundial de Le Corbusier, que incluye, se sabe, la Casa Curutchet, única pieza arquitectónica del artista suizo en Latinoamérica y en esta circunstancia representa a todo el continente americano. Ya en la cuenta regresiva hacia ese día del mes próximo - impreciso todavía -, con escenario en Estambul, Turquía, después de largos años de pelea por la candidatura, el inmueble platense podría pasar a integrar la lista de sitios argentinos distinguidos por el organismo internacional con el más alto reconocimiento.

El dossier de unas 200 páginas que finalmente terminó presentando Francia (por iniciativa de la Fundación Le Corbusier) con la cooperación de Alemania, Argentina, Bélgica, India, Japón y Suiza, reúne 17 sitios repartidos en tres continentes y en los siete países que impulsan la postulación. De inclinarse el Comité de Patrimonio Mundial por la colección que compendia los elementos más significativos de la obra del genial arquitecto, La Plata contará con su primer bien cultural “propiedad” de la Humanidad, lo que le otorgará a la emblemática construcción del Bosque, desde 1991 sede del Colegio de Arquitectos de la Provincia, un valor excepcional.

Le Corbusier - que se llamó, en rigor, Charles Édouard Jeanneret-Gris - nació en La Chaux-de-Fonds (Suiza), en 1887, y vivió la mayor parte de sus días en Francia, país donde murió en 1965 y del que había adoptado la nacionalidad. Con sus alrededor de 90 obras distribuidas en casi todo el planeta revolucionó la visión que se tenía hasta entonces de la arquitectura y terminó convirtiéndose, sin dudas, en uno de los exponentes más influyentes de la corriente modernista del siglo XX. Multifacético - sobresalió también como ingeniero, pintor y polémico escritor -, e impertinente, para la época, a la hora de proyectar, su aporte al diseño, por demás innovador, transformó el paradigma de la arquitectura, a la que le dio, como muy pocos hasta ese momento, un sentido social.

Por encargo del médico Pedro Domingo Curutchet, que requirió, a fines de los años 40, una vivienda unifamiliar que sirviera, asimismo, como consultorio para la atención de pacientes, Le Corbusier proyectó la casa del modo en que entendía él un hogar: como una “máquina de habitar”. Tal fue la importancia arquitectónica que adquirió con el tiempo que la obra fue declarada, en 1987, de Interés Provincial, Turístico y Monumento Histórico Nacional.

Una contribución “única”

La postulación del conjunto de los 17 sitios levantados entre Europa, América y Asia plantea, en síntesis, que la contribución de Le Corbusier al movimiento moderno fue tan extraordinaria que cambió la arquitectura del mundo; algo así como que la historia del diseño de la construcción tiene un antes y un después de su aporte.

Para la candidatura, cada país debió argumentar, a través del informe del Comité de Sitio local, las razones por las cuales el edificio propuesto merece la denominación. En el caso del inmueble platense trabajaron en la presentación, además del Colegio de Arquitectos representado por el director de la Casa Curutchet, Julio Santana; los estados Nacional, Provincial y Municipal - de La Plata -; la facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP; el Icomos Argentina (órgano asesor de la Unesco) y el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio -Cicop -.

La Casa Curutchet, esa espléndida propiedad con vista, desde un jardín - terraza, al frondoso pulmón verde de la Ciudad desde 53 entre 1 y 2, de estilo racional, con un aprovechamiento al máximo de un terreno reducido y entre medianeras, funcional, e integrada al entorno natural y a la vez urbanístico que la rodea, condensa, según señala el dossier vernáculo, los rasgos característicos de la arquitectura lecorbusiana, que podrían resumirse en la innovación del sistema de proporciones; los novedosos recursos utilizados para optimizar los espacios; y las alturas, más bajas que las convencionales hasta ese entonces.

La candidatura y sus etapas

Francia postuló, para el galardón de la Unesco, la herencia de Le Corbusier en 2009. No tuvo éxito entonces. Dos años más tarde insistió: reunió nuevos elementos y arremetió otra vez para que el Comité de Patrimonio Mundial prestara atención a esa peculiar arquitectura; el Icomos formuló objeciones de fondo en esa oportunidad y la candidatura se cayó. En 2013, la iniciativa cobró un nuevo envión, se incorporó la India como país dueño de un sitio con la huella indiscutible del artista (hasta entonces no formaba parte de los Estados participantes), la propuesta pareció encaminarse hacia un destino más seguro y hace apenas unas semanas, el Icomos - de actuación no vinculante pero clave para la decisión - elaboró un dictamen en el que recomienda la aprobación, lo que fue dado a conocer por la ministra de Cultura de Francia, Audrey Azoulay.

De todo un poco

Entre el conjunto de diseños que, de resultar elegido por la Unesco, representará el valor universal del legado de Le Corbusier, hay, aparte de construcciones de uso doméstico, edificios públicos y fábricas. Aunque finalmente no se incorporó al “combo” porque lo que se distinguirá será un patrimonio de carácter arquitectónico y no urbanístico, Chandigarh, en la India, sea acaso el ejemplo de mayor audacia dentro de la obra de Le Corbosier. Se trata de una ciudad creada casi en su totalidad, en la década del 50, por el urbanista franco - suizo. Una de sus construcciones más emblemáticas sí integran la colección que va por la declaración y de ahí que la nación asiática colaboró con el trabajo iniciado desde Francia y en el que prestó también su apoyo la Universidad de Bordeaux.

Ahora, a los efectos de agendar un acontecimiento de la cultura mundial que puede llegar a involucrar a uno de los patrimonios arquitectónicos platenses más valiosos, se puede adelantar que el Comité de la Unesco se reunirá en la ciudad turca, durante su sesión número 40, entre el 10 y el 20 de julio. Aunque no hay una fecha exacta porque eso se definirá en los días de las deliberaciones, por la modalidad en que suele desarrollarse el proceso se estima que la declaración del organismo de Naciones Unidas se dará a conocer, dentro de esa franja de jornadas, cerca del 20.