Iba a trabajar y murió atropellada

La rutina laboral de María de los Angeles Olea (50) marcaba que el sábado a la mañana tenía que estar en una casa de Villa Elisa, donde trabajaba como doméstica. Por eso, a las 7 en punto estaba en la parada de 485 y 136, esperando la llegada del ramal F de un colectivo de la Línea 273, a escasos 50 metros de su vivienda de diagonal 10 entre 135 y 136.

Acostumbrada a cumplir, el destino quiso que esta vez no pudiera hacerlo. Es que un joven de 24 años, identificado por la Policía como Francisco Acosta, la atropelló allí con el Renault Clío que manejaba.

En estado desesperante, Olea fue trasladada en ambulancia al hospital San Roque, donde falleció un poco después de que ingresara en la guardia.

Distintas versiones que circularon por las redes sociales indicaban que el automovilista que protagonizó el accidente habría estado alcoholizado, lo que fue desmentido por fuentes judiciales y policiales. Las circunstancias en las que ocurrió la tragedia las aclarará el peritaje que hicieron los expertos de Científica. Por lo pronto, Acosta quedó imputado por “homicidio culposo”.

María de los Angeles vivía a media cuadra de donde fue atropellada. Su hermano Julio (45) contó a este diario que “pasó por el lugar pero no vio a la víctima. “Sin embargo, cuando ya estaba en el domicilio de una señora por mi trabajo de enfermero, recibí el llamado de un amigo que me contó lo que le había pasado. No lo podía creer”, repitió una y otra vez. “ Me dijeron que murió por un grave traumatismo encefalocraneano”.

También reveló que “ella trabajaba en casas de familia. Estaba desde las 7 de la mañana hasta las 8 ó 9 de la noche. Siempre la luchó. Quedó viuda joven y con cuatro hijos”, dos varones y dos mujeres que ahora tienen 31, 30, 27 y 24 años.

Un cuñado de la víctima, Pedro Ramírez (50), comentó que “pudo ser un desastre mayor, porque momentos antes había otras personas con ella, que se subieron a otro micro. Queremos justicia”.