Llega el largo invierno

Esta noche, la audiencia argentina deberá resolver un profundo dilema: el final de temporada de “Game of Thrones”, por HBO, comenzará justo cuando en Nueva Jersey se pite el inicio del segundo tiempo de la final de la Copa América, entre Argentina y Chile.

Por supuesto, finalmente, el público mayoritariamente se inclinará por la responsabilidad patria y la transmisión en vivo, volviendo a llevar al fútbol al tope del ranking de audiencias. Dejarán el décimo episodio de la sexta temporada de la serie que es furor en el mundo para su segunda emisión, a las 12 de la noche, (justo a tiempo para, terminado el partido, cenar ¿y dar una vueltita por el centro?), o se volcarán a los canales “alternativos”…

Esta noche, la acción tendrá lugar principalmente en Desembarco del Rey, con el juicio a Cersei que promete un final explosivo pero seguramente abierto

Pero aunque esté resuelta, la duda que invadió al patria tras la victoria del seleccionado ante Estados Unidos sirve para ilustrar la expectativa que dejó el épico episodio 9, habitual punto alto de cada temporada, en la audiencia. La “batalla de los bastardos” entre Jon Snow, uno de los pocos héroes sin matices que sigue de pie, y Ramsey Bolton, el infame villano que todos amamos odiar, puso en escena un despliegue visual cinematográfico que tuvo a la audiencia al borde del sillón a pesar de que el desenlace fue relativamente predecible.

Y de hecho, la llegada de cierto ejército al rescate de una devastada armada Stark fue predicho en las redes sociales durante la semana previa: porque “Game of Thrones” continúa cada semana, tras los 50 minutos de episodio, en internet, donde los fans debaten, revelan, analizan pistas, homenajes, referencias, hipotetizan y especulan: características que alimentan la fidelidad (o adicción) de la audiencia y mediante las cuales se maximiza el disfrute.

EN LA OSCURIDAD

Más aún en esta sexta temporada donde los guionistas tuvieron que trabajar sin la guía de los libros originales: la serie de HBO alcanzó la trama las novelas de George R.R. Martin en que se basa, y debido a que la próxima entrega de la saga literaria, “Los vientos de invierno”, la serie transitó esta temporada por terreno desconocido.

Por primera vez en seis temporadas, los fans que no abordaron la lectura de los libros tuvieron el placer de estar tan a oscuras como aquellos que disfrutaron de los tomos de Martin y se regodeaban con las reacciones de sus amigos “iletrados”.

Incluso, aunque gozan de mayor conocimiento del universo de Poniente a la hora de las especulaciones, sus predicciones fueron puestas en duda: la serie venía “recortando” tramas para conseguir incluir las miles de páginas de la compleja obra de Martin en diez episodios cada temporada, y algunos recortes terminaron modificando historias enteras. Hoy los creadores de la serie conocen el punto de llegada y los mojones clave de aquí al final del show (dentro de dos temporadas) pero tanto ellos como Martin reconocen que, a esta altura, libros y programa de TV son dos productos profundamente distintos.

LLEGA EL DESENLACE

Sin libros de guía, y con apenas tres temporadas para llegar al final, esta temporada de “Game of Thrones” pareció anabolizada: de entrada murieron una decena de personajes para alivianar una trama sobrecargada de personajes para el género televisivo que generó, durante la quinta entrega, que cada historia tuviera apenas un par de minutos en pantalla por episodio, y la trama avanzara poco.

Y, tras eliminar el exceso, se dedicó a comenzar a atar cabos sueltos durante temporadas enteras, creando sólo tres focos de conflicto: la reunión de los Stark al norte de Poniente (y la batalla que se viene, contra el reino de lo sobrenatural), las intrigas cortesanas y las luchas de poder que conducen a Cersei Lannister al aislamiento y la locura en Desembarco del Rey, y, tras cinco temporadas, el inminente viaje de Daenerys Targaryen hacia el Trono de Hierro, con la compañía de tres dragones, dos flotas de barcos y el consejero más querido por la audiencia.

Por supuesto, nada se resolverá esta noche: que los Stark hayan recuperado Invernalia probablemente sea la única satisfacción que obtenga la audiencia hasta el año que viene, cuando en abril se estrene la séptima temporada. Esta noche, la acción tendrá lugar principalmente en Desembarco del Rey, con el juicio a Cersei que promete un final explosivo pero seguramente abierto.

Para colmo, el episodio se llama, como el libro de próxima aparición de Martin, “Los vientos de invierno”. Título muy sugerente: para el cierre de temporada el mundo virtual especula que los guionistas dejarán al espectador muriendo de la ansiedad al confirmarle en los últimos minutos de “Game of Thrones” este año que del norte viene una amenaza más importante para el futuro de la humanidad que las rencillas entre reinos por las migajas del poder. Como en Argentina, en Poniente, parece, el invierno está llegando.