Balean a un cliente en un autoservicio de La Cumbre

El cartel de “cerrado por robo” ayer apareció de manera provisoria en el frente de un negocio de Gambier. Pero a partir de todos los hechos de inseguridad que sucedieron en la zona, sus dueños no saben si abandonar definitivamente su actividad, para cuidarse ellos y a sus clientes.

Lo que pareció hartarlos fue la violencia con la que se desquitó un delincuente que a las 20.45 del sábado se metió a robar en su autoservicio de 50 entre 138 y 139.

Además del dueño, Mario Ruffolo, estaban su mujer y su hija. Las otras víctimas fueron tres clientes, entre ellos una nena. El ladrón se había bajado de una moto en la que su cómplice lo esperaba. Fue directamente a robar, sin simulaciones ni amagues.

“Cuando lo vi por las cámaras que entró (el delincuente), me asomé para gritarle y que se fuera. Tal vez ese fue mi error”, se lamentó Mario.

Esa última frase tuvo que ver con la violencia que sobrevino de inmediato. Al asaltante se le cayó la plata de la caja y después empuñó su pistola, aparentemente una 9 milímetros. La martilló y tiró dos veces del gatillo: la primera vez falló el arma, la segunda no.

“Disparó a matar. Nos tuvimos que tirar todos al piso para salvarnos. La bala pegó en una heladera y cuando rebotó le dio en la pierna a un cliente que, pobre, no tenía nada que ver”, siguió Mario.

El delincuente se escapó sin robar nada y huyó por 50 hacia 137. El herido, identificado por la Policía como Franco Matías López (25), tuvo que ser llevado rápido a un centro médico, donde se descartaron lesiones de gravedad.

Esos mismos dos motochorros habían cometido otros dos robos antes. Primero en una carnicería de 52 y 140, de donde se habrían llevado con la plata, “que se les iba cayendo cuando se iban, de tan rápido que se escapaban”, dijeron algunos testigos.

De ahí concretaron otro asalto más en un autoservicio de 50 y 140, donde “también le intentaron disparar al dueño y la bala no salió”, indicó Mario. Ahora, él está con más temor que nunca: “Cada vez es más violento, no sabemos qué hacer, no nos dan tregua”.