Crecen las preocupantes señales de abandono en los edificios públicos

Entre deficiencias estructurales y estéticas, signos de descuido y falta de mantenimiento, un alto porcentaje de los edificios públicos platenses muestra por estos días su peor cara.

“Intervenidos” por pintadas políticas, de tribus urbanas y acciones de protesta, el vandalismo y la falta de inversión, padecen un deterioro que las autoridades atribuyen a problemáticas de larga data, mientras afirman que ya se está ejecutando un plan de mejoras cuyos resultados comenzarán a percibirse, según el caso, en el corto a mediano plazo.

Las construcciones ubicadas en el eje urbano de la avenida 7 están entre las más agredidas. El ministerio de Economía bonaerense, entre ellas, muestra un llamativo contraste: mientras en las alturas se puede apreciar la obra de artistas convocados por concurso para jerarquizar la emblemática sede de la cartera de Hacienda, por debajo un “cinturón” de leyendas garabateadas y pegatinas de todo tipo y color resulta imposible de obviar.

Con aerosoles o esténciles las pintadas son una constante en el micro y macrocentro platense; en ocasiones, como es el caso de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional, amenazan con tapar murales creados por artistas urbanos especialmente llamados a realizarlos.

El ministerio de Infraestructura de la Provincia, en 7 entre 58 y 59, está invadido por grafitti virtualmente en la totalidad de sus jardines exteriores, incluyendo, mobiliario urbano, pedestales, el mástil, zócalos, lajas de las explanadas y cabinas de servicios.

CATALOGO DE MANCHONES

Frente a plaza San Martín, la Casa de Gobierno es un catálogo de manchones provocados por el uso de “bombas de pintura” de fabricación casera durante diferentes manifestaciones. A pesar de estar rodeada por rejas en su totalidad, a la sede del poder central bonaerense le queda poco de la cobertura blanca original.

“Encontramos los edificios públicos muy deteriorados y poco modernizados” advierten fuentes del Ejecutivo provincial: “son muchos años de desatención y falta de mantenimiento”. Los portavoces subrayan que “estamos trabajando para mejorar las condiciones edilicias, tanto de la gobernación, como de la totalidad de los ministerios”.

Dependientes de la administración pública provincial y la municipal, las torres de plaza Moreno tienen problemas que van más allá de su aspecto exterior. En jornadas con bajas temperaturas, las oficinas suelen quedar desiertas -y la atención al publico cancelada- por falta de calefacción.

El sistema de climatización del ya longevo edificio de 12 y 51, puntualmente, dejó de funcionar hace un par de semanas, pero el reciente desembarco del frío llevó a los trabajadores a resolver que cada vez que se den esas condiciones cesarán en sus tareas.

A pocas cuadras de allí, el enrejado que se terminó de colocar el año pasado en derredor del Teatro Argentino no termina de lograr por completo el efecto deseado, de acuerdo con los objetivos declarados en su momento por los responsables del coliseo. Aunque no con la virulencia de temporadas atrás, los sectores de plazas secas que permanecen accesibles al público siguen teniendo “tags” hechos con fibrones indelebles e inscripciones con aerosol.

Párrafo aparte para la Legislatura, que al otro lado de plaza San Martín exhibe similares huellas de vandalismo que la Casa de Gobierno. O más serias: durante una reciente manifestación de estatales, un grupo de enmascarados provocó destrozos por un costo estimado en 250 mil pesos.