María José Morchón
| 7 de Junio de 2016 | 02:07

Falleció, a los 62 años, María José Morchón, integrante de una familia platense reconocida en diversos círculos sociales. Profesora de inglés, apasionada por todo lo vinculado a la cultura, emprendedora, entusiasta y luchadora, la pérdida ha producido un dolor infinito en quienes conocieron su calidad humana.
Había nacido el 25 de junio de 1953. Su padre fue el abogado Juan Carlos Morchón, y su madre, Alicia Cédola, una mujer refinada siempre ligada al arte, característica que de alguna manera María José heredó. Tuvo una hermana menor, Alejandra.
La escuela primaria la cursó en el Colegio Eucarístico y los estudios secundarios los completó en el Normal 1 “Mary O´Graham”. Tras cumplir con la formación básica ingresó a la facultad de Humanidades de la UNLP, donde siguió el profesorado de Inglés. Inquieta, siempre en la búsqueda de superarse y ávida de adquirir mayores conocimientos, tras graduarse en la Universidad viajó a Estados Unidos y se perfeccionó en el idioma.
Su vida laboral se repartió entre las clases particulares de inglés que dictaba en su casa, con numerosos alumnos, la mayoría adultos, y el diseño de indumentaria femenina, una actividad que desplegó durante varios años en el emprendimiento que inició en un local de diagonal 80 entre 49 y 50, Línea Producción María José Morchón.
Fue, asimismo, una persona volcada a diferentes ramas de la cultura, pues se dedicó a la actuación y el canto; llegó, incluso, a participar en elencos del teatro independiente de la Ciudad. También fue una habitué de la ópera y una lectora interesada en todos los temas.
Aunque fue una mujer muy activa fuera de su hogar, le dedicó toda su atención a la familia. Tuvo dos hijos, Dalmiro - abogado -; y Violeta - diseñadora gráfica -. Vital, compinche, y muy comprometida en su rol de abuela halló en sus nietos (Antonio, Lucio y Amelia) la mejor de las compañías.
Fiel a su actitud aguerrida, esa que dejaba ver cada vez que se le presentaba una dificultad de la vida, en sus últimos días también dio muestras de su entereza y valentía, pues enfrentó la enfermedad con valor, sin perder el buen humor y la alegría.
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