“La palabra consagrado no existe en mi diccionario”

A días del lanzamiento de “Las Antenas”, su séptimo disco de estudio, Estelares cerrará mañana en el Estadio Unico la segunda jornada del Provincia Emergente, antes de iniciar una gira por Estados Unidos que llevará a la banda a cantar en ciudades como Washington y Chicago, entre otras. Con más de veinte años de canciones grabándose paulatinamente en el inconsciente colectivo, el cuarteto se ha ganado un lugar entre los consagrados en la escena del rock nacional contemporáneo, muy a pesar de Manuel Moretti, un líder que prefiere no subirse a ese pedestal. “Me motoriza más seguir queriendo aprender”, asegura.

Nacidos en los primeros noventa, cuando dejaron atrás el nombre inicial de Los Peregrinos, Estelares alcanzaron el reconocimiento con sus discos “Sistema Nervioso Central” (2006) y “Una Temporada en el Amor” (2009), álbumes en los que fueron consolidando su exitosa fórmula de letras sensibles y naturalistas, rock agridulce y folk con aires tangueros, imán para un público variado y comprometido.

A cuatro años de su última producción, “El Costado Izquierdo” (2012), la banda que reparte sus orígenes entre La Plata y Junín está lista para volver a las bateas con “Las Antenas”, en este contexto entendidas como dispositivos de “salvataje”, que guían y calman. “Después de muchos años de oficio, por cierto que las canciones han funcionado como antenas en nuestro devenir. Han sido nuestro faro y también el lugar donde pude volcar mi fragilidad respecto de una relación algo patológica con la soledad”, manifiesta Moretti.

En diálogo con el JOVEN, el cantautor se refiere a su nuevo material y a su participación en el megaevento que protagonizarála agenda cultural del fin de semana en la Ciudad.

-¿Cuándo llega “Las Antenas”?

-Terminamos de mezclar el viernes pasado las catorce canciones nuevas, más un bonus track que es “Los acertijos”, que fue el adelanto de octubre del año pasado. En realidad, es un tema que quedó afuera de “El Costado Izquierdo”, por eso va como bonus track. Suponemos que en esta semana se hace el mastering y que para fines de julio ya estará a la venta. El 27 de agosto es la presentación oficial en Museum.

-Juanchi Baleirón vuelve a producirlos...

-Sí. Con él nos conocemos y nos entendemos mucho. Es una persona que me genera confianza sobre todo en la elección del repertorio. Esa mutua confianza, que también se expande a la banda, hace que estemos constantemente modificándonos, y pasándonos data. Y eso está buenísimo porque las canciones crecen mucho en este marco.

-Después de veinte años, ¿cómo se renuevan las aspiraciones, inspiraciones y sonidos para seguir creando?

-Te diría que es quizás por un trabajo amorosamente rutinario que se hace inconsciente. Trabajamos en un disco que tiene sonidos nuevos, con un ingeniero que mezcló de una manera diferente, con la banda recontra aceitada, y yo como compositor más agudo conmigo mismo. Y el resultado es un disco que nos parece completamente novedoso, y eso que estamos todo el tiempo juntos. Son muchas las cosas que influyen, también el cambio de manager, y las giras que desde hace dos años estamos haciendo por el exterior... Y también está la devolución del afuera. La suma de todas estas cosas hace que, sin que lo planees tanto, de pronto todo es nuevo, y estás copado. A veces la rutina te come crudo pero este disco lo escuchamos y nos emociona. Las devoluciones que tenemos son alucinantes: la banda se escucha como más viva, igual que mi voz. Creo que tiene que ver con el amor hacia el oficio.

-¿Van a tocar algo del nuevo disco mañana?

-Sólo “Los acertijos” y “Es el amor”, que es el corte de difusión que está sonando, que ya filmamos el video, y que en estos días se estrena. Son las únicas canciones del disco que vamos a tocar porque con la velocidad y el universo de las redes si tocás algo, enseguida se sube y se pierde el misterio de que la gente lo escuche en su casa. Con la dificultad del universo disco, que vamos a ver hasta cuándo se sostiene el objeto físico. Queremos que la gente lo escuche recién ahí. En el Unico haremos un show de una hora y pico, que será un lindo impacto como para estar copados arriba, rockeándola un rato.

-¿Cómo viven el hecho de estar en un festival de emergentes siendo consagrados?

-La verdad es que está buenísimo que nos inviten a tocar en nuestra ciudad y con el marco del Estadio Unico, y compartir escenario con colegas y con gente que disfrutás y querés. Eso de consagrados, te soy honesto, no es un cumplido, es una palabra que no existe en mi diccionario. ¿Consagrado de qué? Lo que está bueno es que uno siga subiéndose al escenario con las ganas y las alegrías de tocar.

-Sin embargo, muchas bandas los toman como referentes...

-También, te soy honesto, lo que más gratifica de mi trabajo es el cariño y la devolución de la gente, incluso de los músicos... ¿Qué se siente? Yo soy feliz cuando vienen y me dicen que les gusta tal canción o que les emociona tal disco, o tal verso. Así, bien claro: siempre que sea una devolución afectiva lo recontra celebro. Pero no me paro desde ese lado, no le presto atención, porque me motoriza más seguir queriendo aprender que por ahí creerte algún mensaje que es irreal.

-¿Qué opinás de este tipo de megaeventos con entrada libre y gratuita?

-Como lo celebraba antes, cualquier gestión que ofrezca manifestaciones culturales a la gente, y en un marco gratuito, me parece que está buenísimo, porque la cultura es una de nuestras maneras de denominarnos. Entonces, que la gente pueda asistir a eventos de grupos que le gustan, me parece que hay que aplaudirlo.

-¿Y en relación con el “contra festival” que se hará mañana frente a Pura Vida?

-Para mí está perfecto que se defiendan con garra y corazón espacios culturales para la manifestación sensible, estética. Siempre los hemos defendido, y hay que seguir defendiéndolos. Me parece alucinante que se haga eso. La cultura necesita de esos espacios; a veces el Estado los provee, otras veces no, entonces hay que generarlos y estamos completamente de acuerdo con defender esa política de generar lugares de manifestaciones culturales. Cuando el Estado no está ofreciendo esos espacios, está buenísimo que esos lugares los genere la misma necesidad de manifestación.