Allanan la Procuración y el despacho de Melazo por la fuga del barrabrava K

Una semana después de que el juez de garantías platense César Melazo ordenó la captura del ex barrabrava y puntero K Marcelo Mallo, la justicia federal allanó ayer su despacho en los tribunales de 8 entre 56 y 57. Lo mismo sucedió en las oficinas de la Procuración bonaerense, en 13 y 48, y en la fiscalía de Brandsen a cargo de Mariano Sibuet.

Es que Mallo y su amigo Leandro Giso (40) continúan prófugos, mientras distintos sectores sospechan que hubo una red de encubrimiento que les permitió escapar a tiempo y demoró durante cinco meses un peritaje balístico que los vinculó con el doble crimen narco en el estacionamiento del shopping Unicenter, de Martínez.

Para entender este conflicto hay que remontarse al 4 de enero pasado, cuando Sibuet y Melazo ordenaron allanar la casa de Mallo en el marco de la búsqueda de los hermanos Martín (42) y Cristian Lanatta (44) y Víctor Schillaci (35). Es que los condenados por el triple crimen de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35) se habían fugado del penal de General Alvear el 27 de diciembre de 2015 y el último día de ese año balearon a dos policías en Ranchos.

En el domicilio de Mallo, en Quilmes, secuestraron una pistola Tanfoglio 40 que -según confirmaron los peritajes- fue una de las utilizadas en 2008 para matar a los narcos colombianos Jorge Alexander Gartner (35) y Héctor Edilson “Monoteto” Duque Caballos (35).

El problema es que Policía Científica dice haber comunicado estas sospechas en enero y el fiscal de Brandsen contrapone que recibió la confirmación pericial el 27 de junio.

¿Por qué demoró tanto el cotejo entre la pistola y las vainas secuestradas en la escena? ¿Quién filtró a la prensa el resultado del estudio? ¿La orden de detención demoró 24 horas?

Para despejar dudas, la jueza federal de San Isidro que investiga el doble crimen del Unicenter, Sandra Arroyo Salgado, pidió registrar la Procuración General de Justicia Bonaerense, el juzgado 2 de La Plata y la fiscalía de Brandsen.

En una rueda de prensa que improvisó ayer al mediodía, Melazo salió a aclarar que el operativo realizado en el tercer piso del edificio de Tribunales, en 8 entre 56 y 57, no se trató de un allanamiento sino “una orden de presentación de documentación de todo lo tramitado en este juzgado en relación a Marcelo Mallo (52)”. Lo hizo la Policía Aeroportuaria.

Melazo aclaró, con cierta crispación, que “hay mala información o mala intención de algunos periodistas de decir que hay una vinculación y encubrimiento de parte de este juzgado” y explicó que “no instruye, no incorpora prueba ni pericias, el juzgado no tiene ingerencias, no dispone nada”.

El magistrado explicó que su juzgado intervino en la búsqueda de los fugados Lanatta y Schillaci luego de que balearon a los policías Lucrecia Yudati y Fernando Pengsawath, y “en una de las treinta y pico de órdenes de allanamiento emitidas en toda la provincia de Buenos Aires en procura de ellos se le secuestra a Mallo un arma de fuego”. Aclaró que el ex barra era legítimo usuario pero no le pertenecía, no era el titular del arma”, y agregó que luego “se presentó” el dueño, “se le tomó declaración y Mallo dijo que quien le había prestado el arma era el actual prófugo Giso”.

Desde la Procuración informaron que el operativo fue una “orden de presentación con allanamiento en subsidio”, en la que se requirió “información del soporte digital de una causa que se tramita en la Fiscalía de Brandsen”, que “peritos informáticos observaron y capturaron en la pantalla”.

Las mismas fuentes revelaron que “desde la Secretaría General se informó sobre dos abonados telefónicos” y que en “la Fiscalía General del Departamento Judicial La Plata se requirió constancia en los oficios de efectos sobre ingreso y egreso del material a resguardo”. Por último, detallaron que “en la Fiscalía de Brandsen se requirieron los libros de recibo”.