Sin pistas del ataque a metros de un banco

Continúa la investigación por el millonario robo concretado en La Loma el lunes al mediodía, por el que todavía no hay sospechosos identificados y en el que sigue firme la principal hipótesis de que actuó un entregador.

Los dos motochorros se llevaron ese botín en el sector bancario de ese barrio, en 44 entre 29 y 30. Fue cuando interceptaron al encargado de una estación de servicio, que iba a depositar la recaudación del último fin de semana, según indicaron a este diario fuentes policiales.

Las primeras estimaciones refirieron a que el monto de lo robado ascendería a un millón doscientos mil pesos. Según la denuncia que se conoció en las últimas horas, esa cifra fue ratificada.

El audaz golpe, que este diario adelantó en exclusiva, ocurrió en momentos en que la víctima, de quien no trascendió la identidad, llevaba el dinero a la sucursal del banco Santander Río.

Hoy los investigadores del hecho seguirán en la tarea de tomar testimonios y de examinar distintas cámaras de seguridad de la zona, tanto públicas como privadas, para intentar establecer si a la víctima la siguieron unos metros, desde que salió de su comercio, y si actuaron con algún apoyo.

Todo ese trabajo está enfilado a la presunción fuerte de que un entregador facilitó la información necesaria para que a los delincuentes les haya sido muy simple abordar al comerciante, socio de una estación de servicio de 31 y 51, cuando se bajaba del auto. Ellos se quedaron con toda la plata en un segundo y luego huyeron.

UN ANTECEDENTE

Otro caso que guarda cierta similitud con éste ocurrió en febrero pasado, cuando el encargado de una estación de GNC de 44 y 159 sufrió un ataque de dos motochorros.

“Uno se bajó y fue derecho a robarme”, relató la víctima. Ese delincuente usó su pistola para pegarle varias veces a la ventanilla del conductor, pero no alcanzó a romperla.

El encargado logró acelerar su auto. El ladrón le apuntó y le disparó tres tiros. Ninguno de ellos alcanzó a herirlo. Frustrados, los asaltantes huyeron. Como ese caso ocurrió en un horario atípico, también se sospechó de una “batida”.