La historia de una casa moderna y funcional
| 18 de Julio de 2016 | 02:09

La Casa Curutchet es una experiencia que puede hacerse en muy pocas ciudades en el mundo: es la única vivienda en todo el continente americano proyectada por el arquitecto suizo francés Le Corbusier.
Cuando en 1948 recibe en su estudio de Paris el encargo del médico cirujano argentino Pedro Curutchet para construir su casa y su consultorio en La Plata, Le Corbusier era el arquitecto mas reconocido en el mundo.
Hubiera sido natural que rechazara el encargo ya que en ese momento se encontraba trabajando en proyectos tan ambiciosos como la ciudad monumental de Chandigarh, en la India. Sin embargo lo aceptó, tal vez recordando la visita que había realizado a la Argentina (y a La Plata) en 1929. En 1949 envía los planos del proyecto por correo y propone como Director de Obra a su discípulo, el arquitecto argentino Amancio Williams, autor de otra obra memorable del Movimiento Moderno argentino: La Casa del Puente en Mar del Plata. La obra demandó cuatro años, ya que se construyó entre 1949 y 1953.
La Casa Curutchet tiene una fluidez espacial única protagonizada por su rampa que deviene en un “paseo arquitectónico” y por un árbol especialmente plantado en el pequeño patio que articula el área de trabajo con la casa propiamente dicha. Todos sus ambientes principales –y su estupenda terraza jardín- tienen vista a la plaza adyacente y al bosque de la ciudad. Los parasoles de su “brisse soleil” le ponen marco al paisaje.
La vivienda que el doctor Pedro Curutchet encargó a Le Corbusier en el ano 1948 - declarada de interés provincial, turístico y Monumento Histórico Nacional en 1987- es un logrado manifiesto de los cinco principios que el arquitecto suizo-francés enunciara en 1926, pero con la particularidad de que los mismos fueron adaptados a un lote pequeno, entre medianeras, y con un eje longitudinal que se encuentra con una inclinación cercana a los 45 grados respecto a la línea municipal.
La vivienda se encuentra en un pequeño lote de 9m por 20 m de fondo.
Al diseñarla, Le Corbusier tuvo en cuenta las necesidades de sus futuros habitantes y dividió la casa en dos volúmenes: la zona de consultorio al frente y la zona de la vivienda atrás, ambas articuladas por el patio y la rampa de acceso. Esta rampa se encuentra enfrentada a la puerta de entrada, organizando la circulación interior. La aparición de la rampa como espacio inducido obliga a recorrer la casa de manera vertical, ofreciendo un interesante juego de perspectivas.
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