Rechazo de la Unión Europea a que Turquía retome la pena de muerte

Advirtió que reinstalar esa condena, abolida en el país en 2002, es un obstáculo para entrar al bloque

BRUSELAS.- Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) advirtieron ayer a Turquía que una derivación autoritaria, con la posibilidad de reinstalar la pena de muerte tras el intento de golpe de Estado evocada por su presidente, Recep Tayyip Erdogan, aleja al país de la senda hacia Europa y del estado de derecho.

“Quiero dejar claro que aún consideramos a Turquía como un socio”, indicó la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, en una rueda de prensa al término del Consejo, que tras debatir la situación en el país aprobó una declaración en la que recuerda a Ankara su compromiso contra la pena de muerte. Cabe señalar que Turquía abolió la pena de muerte en 2002 y ahora Erdogan habló de reinstalarla “a pedido de la ciudadanía”. Los ministros subrayaron a Turquía la necesidad de “respetar la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales, y el derecho de todo el mundo a un juicio justo”, cuando ya hay más de 7.500 detenidos tras el fallido golpe del viernes pasado, entre ellos unos 6.000 militares, 100 policías, 755 jueces y fiscales, así como 650 civiles. Así, recordaron a Turquía sus compromisos contra la pena de muerte adquiridos como miembro del Consejo de Europa, y le remarcaron que “el rechazo inequívoco de la pena de muerte es un elemento esencial del acervo comunitario”, en tanto que el país es candidato a entrar a la UE.

El comisario para la Política Europea de Vecindad y Negociaciones para la Ampliación, Johannes Hahn, fue más allá y subrayó, ante la fulminante destitución de cerca de 3.000 jueces, que “las listas, que ya estaban disponibles justo después de este acontecimiento, indican que algo estaba preparado, que en cierto momento tendrían que ser utilizadas”. Los ministros también abordaron la cuestión turca, entre otras, en un desayuno informal con el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, quien volvió a instar a Turquía a presentar “pruebas y no acusaciones” de que el predicador islamista Fetulá Gülen esté detrás del fallido golpe para pedir su extradición, a la vez que recalcó que, por el momento, no ha recibido ninguna solicitud oficial.

Para el canciller español, José Manuel García-Margallo, el restablecimiento de la pena de muerte en Turquía “supondría un cambio sustancial en la relación con la UE”. Recordó que los 28 países miembros del bloque (que se reducirán a 27 cuando se produzca la salida del reino Unido de la UE) tienen “un acuerdo con Turquía para la atención a los refugiados que tiene una contrapartida, que es la liberalización de los visados”, la cual “a su vez está condicionada al respeto a los principios y valores” comunitarios. El canciller francés, Jean-Marc Ayrault, por su parte, pidió “no esperar a que haya un proyecto de ley” sobre la pena de muerte para actuar: “La reacción debe ser inmediata, y así lo ha sido”, apuntó.

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