Cuando el delito golpea en carne propia y al vecino
| 20 de Julio de 2016 | 02:02

Mario es el encargado de una ferretería de 423 y camino Centenario. El mismo fue testigo de un asalto callejero violento, ocurrido hace unos 20 días justo frente a su local.
Eran dos los delincuentes con casco los que frenaron en una moto para sacarle otra a una mujer que llegaba a una casa donde trabaja de empleada.
Alrededor de las 15 el movimiento era el habitual sobre el camino. Pero a los ladrones no les impidió sacar un arma, apuntarle a la víctima y obligarla a bajarse del asiento.
“Yo vi todo y les grité que no le hicieran nada a la chica. Los tipos me miraron y me amenazaron con la pistola. Tuve que esconderme por si se les ocurría disparar. Ella se quedó llorando en la mitad de la calle y los ladrones se fueron subiendo, por 423”, recordó Mario.
La presunción que circuló de esos ladrones es que serían del barrio La Fortaleza, más cercano al camino Belgrano.
Al propio comerciante ya le había tocado la inseguridad en carne propia en mayo último, cuando se metieron a robar en su casa, situada a pocas cuadras, cerca de la medianoche. Con ayuda de un vecino logró perseguirlos y la Policía luego los atrapó.
Nadie tiene la certeza de que todos los últimos hechos delictivos fueron obra de los mismos asaltantes. Mario se despachó diciendo que “la gente está con miedo”.
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