Jaqueado por una enfermedad, un periodista reclama eutanasia

Un periodista pampeano, afectado por una rara enfermedad neuromotora que evolucionó hasta impedirle valerse por sí mismo, lanzó un pedido desesperado a través de la red social Facebook para que las autoridades analicen en casos como el suyo la posibilidad de aplicar el procedimiento de la eutanasia, un tipo de muerte no legalizada en nuestro país.

El autor del pedido es Mario Alejandro Higonet -hermano de la ex senadora nacional María de los Angeles Higonet-, un reconocido periodista y profesor de Historia de la localidad pampeana de Guatraché, ubicada a unos 171 kilómetros de Santa Rosa.

“Les solicito a las autoridades la práctica de la eutanasia para casos como el mío. Esta Enfermedad avanza a diario y te destruye. Además es una gran negocio para médicos y droguerías. También aprovechan el trabajo del personal de enfermería, quienes tienen la mayor responsabilidad al estar las 24 horas acompañando al paciente y reciben muy bajos ingresos. Si hay decisión política se pude dar una respuesta adecuada, porque esto no es vida”, publicó Higonet con la ayuda del personal que lo asiste en un centro médico de Santa Rosa, donde permanece internado desde diciembre.

Higonet padece desde hace cinco años Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), la enfermedad que causó la muerte del dibujante Roberto Fontanarrosa y que el año pasado se hizo conocida por el desafío del “ice bucket”, una campaña en que personas famosas se mostraban tirándose baldazos de agua frío para juntar fondos contra este mal. Considerada una patología poco frecuente, ya que afecta 2 de cada 100 mil personas al año, ataca las vías de conexión entre el cerebro y la médula espinal en forma progresiva e irreversible.

A consecuencia de ella, Mario -quien en su juventud jugó al fútbol en el Club General Belgrano y hasta su diagnóstico se desempeñaba como referí- fue perdiendo gradualmente autonomía. Hace un mes le hicieron una traqueotomía para conectarlo a un respirador porque ya no podría respirar por sí mismo y semanas atrás le colocaron sonda gástrica para alimentarlo porque tampoco puede comer. “Es una persona que ya no se vale para absolutamente nada. Apenas puede hablar. Mueve los labios y los cuidadores lo interpretan”, detalló ayer su familia al explicar cómo lanzó su pedido desesperado en la red social.