Refuerzan la seguridad para la gran cita del deporte mundial

Si en los últimos meses ya había crecido la preocupación en las calles de Río de Janeiro por un posible ataque de lobos solitarios en los Juegos Olímpicos, el atentado de Niza de la semana pasada se sintió como una advertencia. El general Sergio Etchegoyen, asesor directo del gobierno interino de Michel Temer en asuntos militares y de seguridad, se comprometió a revisar todos los procedimientos de seguridad previstos para los Juegos, y subrayó la imposibilidad de que se produzca un atentado durante el evento. De hecho, varios miembros de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) se reunieron con representantes del Gobierno francés para intercambiar información. También se envió a un agente de ABIN a París y a Niza para reunir datos y escuchar las “lecciones aprendidas de esta tragedia”, en palabras del general. Asimismo, la ABIN subió la alerta antiterrorista al nivel cuatro, en una escala donde el cinco es el máximo.

El ministro de Defensa, Raul Jungmann, predijo que el público que asista a los eventos sentirá el impacto directo de los cambios y advirtió que tendrá que convivir con “inconvenientes necesarios”. “Tendremos que revisar procedimientos, aumentar barreras y chequeos y tendremos que buscar una seguridad mucho más rígida. Desgraciadamente, eso puede generar dificultades y trastornos a la gente, pero es para su bien y su seguridad. Es un mal necesario y benéfico”.

El encargado de coordinar grandes eventos para el ministerio de Justicia, general Luiz Felipe Linharesha, también intentó llevar tranquilidad. “¿Existe la posibilidad en el mundo entero de que suceda un ataque terrorista? Sí. Pero, con los factores que maneja todo nuestro sistema de inteligencia y de los cien países que trabajan con nosotros, la probabilidad es muy pequeña”. Etchegoyen, en tanto, recalcó la experiencia de las instituciones brasileñas organizando eventos deportivos en los últimos 10 años, como los Juegos Panamericanos de Río en 2007 o el Mundial de 2014.

Un informe de la inteligencia brasileña publicado por la revista Veja el mes pasado estimó que en Brasil no existía amenaza de que se produjeran atentados de gran complejidad logística, pero sí de que grupos extremistas religiosos (como el ISIS) impulsaran a sus simpatizantes a actuar por su cuenta. Los Juegos estará a cargo de 6.000 oficiales de la Fuerza Nacional, un grupo formado por policías de varios estados de Brasil.