Víctimas de accidentes: una lucha que nació del dolor y nunca afloja

Son madres, viudas, o hermanas. Perdieron a seres queridos entrañables. Se los llevó un tránsito que no respeta normas. Ellas, desde la ong Estrellas al Cielo, tratan de reconvertir el dolor en energía vital y salen a la calle a recordarle a la sociedad que, por caso, con el uso del casco en la moto, el ajuste del cinturón de seguridad, y el respeto por los semáforos y las velocidades máximas, pueden salvarse miles de vida. Detrás de ese trabajo que las pone en campaña para evitar accidentes viales hay historias demoledoras. Y es que son mujeres que además de tener que atravesar el doloroso trance de la muerte cercana quedan, tras la tragedia, en total desamparo: sin el sostén económico que brindaba el esposo o los hijos fallecidos ni la asistencia psicológica y legal del Estado y, por lo general, con varios chicos a cargo.

Integrantes de la entidad visitaron EL DIA y dejaron testimonio de la lucha incansable que afrontan cada día.

de pie frente al dolor

Griselda Godoy perdió a su marido, David Escudero, de 43 años, el 13 de junio pasado, en el momento en que comenzaba a festejar en su casa de Punta Lara el cumpleaños número 3 del menor de los ocho hijos de la pareja. El hombre empezaba a trabajar como albañil al día siguiente y, esperanzado por esa nueva etapa que iniciaba, había ido a buscar la ropa de obra. Lo llevó por delante un camión en el camino costero Almirante Brown y murió en el acto. “Vivo con cinco de mis hijos, que todavía son menores - contó, en un relato desgarrador, la mujer que no se separa de la foto de su marido -. Fue el accidente y no se presentó nadie, ningún seguro respondió ni nadie me ayudó. Quedé con una pensión, pero que no me alcanza para los gastos de todos los días”.

A María del Carmen Romero, madre de 16 hijos, se le murieron dos, Cristian -23 - y Germán - 24 -. El 27 de mayo del año pasado, a las ocho y media de la noche, los hermanos iban en una bicicleta por 137 entre 75 y 76 y fueron embestidos por el conductor de un auto que no paró a ayudarlos. Uno de los jóvenes falleció por el impacto y el otro dos meses después, en un hospital y por las heridas recibidas. Los dos eran esenciales en esa familia de Los Hornos, porque no sólo contaba su presencia alegre y afectiva sino que eran un pilar para el mantenimiento del hogar, formado en una humilde casa de la calle 70 entre 140 y 141. “Yo quiero creer en la Justicia, pero a veces cuesta”, comentó María del Carmen. El hombre señalado como el responsable del atropello está preso, pero por un robo, no como resultado del juicio oral que reclama la mujer por la muerte de sus hijos.

También da pelea, protegida, de alguna manera, por Estrellas al Cielo. Tania Celiz, quien tenía un hijo, Emilio, que falleció a los 21 años. En noviembre de 2015 iba en su moto por la avenida 66 rumbo a Berisso y en la intersección de 145, un Peugeot 308 se lo llevó por delante. “Recién ahora, después de todas nuestras protestas iluminaron la avenida, porque cuando mi hijo tuvo el accidente era de unas oscuridad total. Igual sigue siendo tan peligrosa como antes”, dijo la vecina platense.

La institución contabiliza, por estos días, 72 víctimas fatales entre La Plata, Berisso y Ensenada en lo que va del año. La titular de la ong, Nancy Benítez, fue la primera, tres años atrás, en pintar una estrella amarilla, como recordatorio vial, por el fallecimiento de su hijo. Desde entonces encara campañas para la “toma de conciencia”. El grupo, en forma periódica, se reparte en varias esquinas semaforizadas y cuando la luz roja hace frenar a los vehículos ellos les hablan a los conductores. “El tránsito lo hacemos todos: automovilistas, ciclistas, peatones y motociclistas; es algo de todos los días y no espera. Hay que estar permanentemente haciendo prevención”, resaltó la presidenta de Estrellas al Cielo, quien a la vez pidió que se refuercen los controles vehiculares en los accesos a la Ciudad.