Todos odian a Taylor Swift

Al público le gusta tanto endiosar a las estrellas como verlas caer: un hecho que se volvió a hacer evidente esta semana, cuando la diva del pop e imagen de la perfección y las buenas costumbres, Taylor Swift, fue atrapada en offside en la mentira por Kim Kardashian, que reveló que la cantante había dado permiso a Kanye West para usar su nombre en la infame letra de “Famous”, a pesar de que ella, en el momento, negó haber aprobado aquella picante frase donde West disparaba: “siendo que puedo llegar a tener sexo con Taylor / hice que la pe... sea famosa”.

Swift, en su momento, lanzó un fuerte comunicado de prensa desmintiendo los dichos del artista, quien afirmó haber recibido explícito permiso de Swift para cantar la línea: la diva llamó “misógino” a Kanye y días después, en la entrega de los Grammy de este año, afirmó que “siempre habrá gente que quiere menospreciar tu éxito”, en directa relación no sólo con la letra, sino con West mismo.

El artista y Swift tienen un largo historial de disputas desde que Kanye invadió el escenario mientras Taylor recibía el premio MTV a mejor video del año, en 2009, para proclamar que su clip “You belong with me” no merecía ganar: “Taylor, me pone muy contento por vos, pero Beyonce realizó uno de los mejores videos de la historia”, dijo mientras tomaba el escenario, en relación a “Single ladies”.

Aunque el tiempo le dio la razón, los modos del prepotente Kanye dejaron tanto que desear que incluso llegó a disculparse (aunque luego retiraría la disculpa), comenzando un largo período de tregua entre ambos, donde se mostraron amistosos, aunque era evidente que debajo de la superficie sobrevivía una gran tensión entre ambos.

CALCULADORA

Mientras tanto, Swift crecía y crecía de princesita a reina del pop: todo era éxito a su alrededor, y, claro, todo lo que sube tiene que bajar. Taylor comenzó a agotar a los internautas con su calculada perfección, que incluso llevó a sus relaciones: la artista se separó recientemente de Calvin Harris y días después se mostró con el actor Tom Hiddleston, rompiendo el corazón del DJ, quien deslizó en Twitter numerosas referencias (obviamente despechadas) al carácter controlador de Swift.

Y sus palabras parecían describir la extraña relación entre la diva y el actor, que parecía hecha para las revistas: lejos de la improvisación y la frescura, la pareja se mostró en público en situaciones ultra controladas, al lado del mar italiano o en el Coliseo romano, ataviados según los últimos designios de la moda. ¿Nunca van al supermercado en joguin?, se preguntaba furiosa la internet. Para entonces, la sabiduría para manejar los medios de Swift se había transformado en la opinión pública en manipulación de la verdad.

OFFSIDE

La mesa estaba servida, así, para lo que vendría: Swift y su marketing de la perfección chocó de frente con una estrella mucho menos elegante y redondeada en sus modales como Kim Kardashian, una verdadera fuerza de la naturaleza que en Estados Unidos mueve planetas con un chasquido.

Kim, esposa de Kanye, había deslizado en numerosas entrevistas que Swift había dado permiso al artista para usar su nombre en “Famous”, y que luego decidió transformarse en víctima como una mera treta publicitaria. Por supuesto, en su momento Kardashian lució como la villana frente a la angelada Taylor, y fue denostada por defender el evidente machismo de la frase de West.

Pero la que ríe último, ríe mejor: Kim esperó, y luego utilizó la plataforma de su célebre reality para mostrar el video en que Swift da permiso a Kanye mientras mantiene una animada conversación...

Swift lanzó rápidamente un comunicado donde decía que el video no mostraba la conversación entera, y que ella había específicamente censurado el hecho de que la llamara “pe...”. Pero internet, empujada por el despechado Harris y la arrolladora Kardashian, ya había dado su veredicto.

“El tiempo siempre cuenta la verdad finalmente”, tuiteó Katy Perry entonces, otra de las que había mantenido numerosos cruces con la diva y había sido villanizada por confrontar con la blonda perfecta. Perry fue apenas una de las famosas que hace una semana se unió a la tribu 2.0 y baila sobre la tumba de Swift. ¿Será efectivamente un golpe irrecuperable para la diva del pop? ¿O apenas una tormenta pasajera?