Femicidio de Claudia Schaefer: piden juicio oral para Farré

La fiscal a cargo de la investigación sobre el crimen de Claudia Schaefer,  quien fue degollada y recibió 74 puñaladas en un vestidor de una casa del country Martindale de Pilar el año pasado, pidió que el viudo y presunto homicida, Fernando Farré vaya a juicio oral, acusándolo de comenter un femicidio "de manual", en una violenta historia "de celos ira y revancha".

La fiscal Carolina Carballido Calatayud, quien se encuentra al frente de la UFI Especializada en Violencia de Género de Pilar, finalizó la etapa de instrucción y presentó su pedido ante el juez de Garantías 6 de ese distrito, Nicolás Ceballos, de elevar el caso a juicio.

Carballido Catalayud le imputó a Farré (53), ex gerente general de la empresa de cosméticos Coty, el delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género”, calificación a la que le corresponde, si es probado, la pena máxima dentro del Código Penal: prisión perpetua.

Según consideró la fiscal, se da por probado que el 21 de agosto del 2015, en el momento en que la víctima, Claudia Schaefer (44), concurrió acompañada por su abogado a la casa de fin de semana que el matrimonio alquilaba en Martindale, buscando llevarse sus pertenecias en medio de un complejo preoceso de divorsio, el presunto asesino la encerró en un vestidor y le asestó con dos cuchillos un total de 74 puñaladas, habíendola degollado en el proceso.

“La violencia ejercida hacia Claudia había empezado mucho antes, muchos años antes y luego de una intensa escalada como si fuera de manual, terminó en el femicidio de la misma. Farré es un hombre violento”, señala el requerimiento presentado por la fiscal Carballido.

Dentro del dictamen, la fiscal califica al caso como “una historia de violencia, celos, ira, revancha y egoísmo que terminó de la peor manera, con la muerte de Claudia, la cual se encuentra acreditada por el acta de defunción, el acta de necropsia y el contundente y escalofriante informe de autopsia”.

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Se dice también que Farré “planeó” el asesinato, definido en el texto como un “brutal ataque”, y fundamentó que el sospechoso “tomó previamente los cuchillos de la cocina los cuales o escondió en su campera (...) o los llevó antes de que llegara Claudia al vestidor”.

Para Carballido, una de las pruebas centrales de la causa, en las que quedan claro los abusos y la violencia ejercida por el viudo son los audios y chats de los teléfonos celulares de la víctima y el imputado. En estas pruebas, el viudo le afirma a su mujer: "no tengo problema en terminar preso. Antes de que me saques de acá me voy en posición horizontal o porque voy a Ezeiza".

Sumada a estas pruebas, la fiscal también cuenta con las declaraciones de parientes, amigos, empleados y allegados, a través de las cuales logró reconstruir la complicada y tortuosa relación que atravesaba el matrimonio desde el momento en que Claudia tomó la decisión de separarse, cosa que Farré no quería.

“La situación para Claudia ya se tornaba insostenible, durante años soportó violencia de todo tipo por parte de su marido, hostigamiento, escenas de celos, demostraciones de poder y hasta violencia física. Por eso ya desde principios de 2015 dormía junto a su hija y no con Farré para evitar que la acosara con sus insistentes pedidos de explicaciones o agresiones”, revela la fiscal.

Una de las historias de violencia dentro del matrimonio fue revelada por algunos testigos, quienes narraron como padecía Schaefer por parte de su esposo un maltrato constante; por las noches, cuando Claudia ya estaba durmiendo en el cuarto de su hija adolescente, Farré la despertaba apuntándole con un velador a la cara y le decía: “Tenemos que hablar”.

También se narraron diversos episodios de violencia similares: en una ocasión Farré tiró a Schaefer de las cama con una patada, que le revoleaba almohadones, que le sacaba fotos desnuda mientras se duchaba o que la humillaba con su físico.  Una de las empleadas domésticas contó que en una oportunidad Schaefer se fue a trabajar con los ojos irritados porque su marido le había rociado todo un perfume en el rostro. Otro testigo mencionó que una vez Farré le dijo a su mujer “agarrame ésta” y se bajó los pantalones en el hall de la casa y que en otra ocasión hizo lo mismo en el living delante de su hija y de una amiga.

“Menos mal que estás adelgazando. Te viene bien por el culo grande que tenés”  le dijo Farré a su mujer en una oportunidad según contó un amigo de la víctima.

“Podemos concluir que estamos claramente ante una persona violenta, quien fue elevando su escalada de violencia a medida que se daba cuenta que ciertamente su esposa quería separarse”, asevera, tras estas evidencias, la fiscal.

Por último, la representante del Ministerio Público se basa en las pericias psiquiátricas y psicológicas oficiales para sostener que el ex ejecutivo es imputable y pudo comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones al momento del hecho, y descartó la teoría del perito de la defensa de que el acusado no pudo controlar sus impulsos.