Se animó sobre el final y casi se lo termina ganando al Inter

Por MARTIN CABRERA
ENVIADO ESPECIAL
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS

Estudiantes se vuelve de los Estados Unidos con el pecho inflado y la economía más tranquila. En el amistoso internacional empató 1-1 con el Inter en la cancha del Red Bull, en Nueva Jersey, y además de mostrar a su plantel y seguir consolidando la marca Estudiantes, descontó medio millón de dólares de la deuda que mantiene con su rival de ayer por el pase de Alvaro Pereira. Lo que se dice, negocio redondo.

El partido no comenzó siendo feliz para Estudiantes. En el comienzo el Inter fue amo y señor del partido. Manejó la pelota, los espacios y en juego asociado sacó demasiada ventaja, que cuando a los cuatro minutos el japonés Nagatomo anotó el 1-0 para los italianos.

Por la derecha, tanto Rodrigo Palacios como Biabiany hicieron lo que quisieron. Por allí se aprovecharon del desconcierto Pincha y por allí llegó el desborde que acabó con el gol del japonés lateral por la derecha, que sorprendió ingresando por el segundo palo.

Luego del gol el neroazzurro siguió siendo el dueño del partido. Pareció que una goleada podía llegar en caso de terminar en gol cada uno de los avances, muy peligrosos. En ese momento por la cabeza de Nelson Vivas pasaban una película de terror.

Gol anulado, travesaño, salvada de Pepi Sappa. El partido se jugaba en campo albirrojo. Pasaban los minutos y la mejor noticia para el Pincha era que perdía sólo por un gol. Fue demasiada la diferencia en ese momento. No sólo física sino futbolística.

Pero como una luz cuando se apaga al apretar la perilla, el Inter cambió de fase y ya en el tramo final del primer tiempo fue otro. Quedó sin energía y Estudiantes, con el empuje de Rodrigo Braña, la voluntad de Carlos Auzqui y el fútbol de Juan Cavallaro, empezó a llamar la atención.

Entonces llegó el empate. Y qué mejor manera que rindiéndole tributo a la historia del Club: de pelota parada. Falta a Sánchez, tiro libre ejecutado por Cavallaro desde la derecha para que el Chavo Desábato, de cabeza entre los centrales, ganara de cabeza para empatar el partido.

LO MERECIO ESTUDIANTES

En el segundo tiempo todo cambió. El Inter dejó de ser ese equipo poderoso del primer tiempo y bajó las revoluciones en cuanto a su velocidad. Y Estudiantes, con empuje y muchas ganas no sólo que emparejó el partido sino que pasó a dominarlo.

Diez fueron los cambios en total. Sólo Jonathan Schunke de los iniciales terminó adentro de la cancha.

Y lejos de desorden, los cambios le dieron oxígeno y frescura. Tití Rodríguez se puso el equipo al hombro y confirmó que está para jugar. Gabriel Graciani tiene ganas. Y el Vasquito Aguirregaray en 25 demostró que tiene experiencia como para ser elnúmero 3 de Estudiantes.

Pudo ser gol pero el asistente vio posición adelantada minutos antes. Minutos después el arquero ruso Handanovic le sacó un tanto a Rodríguez. Iban 30 minutos y la sensación en el estadio era que el Pincha podía dar el zarpazo y ganar un partido amistoso pero muy importante para la imagen institucional.

Mancini, que en el primer tiempo estaba sentado como en living de su casa mirando una comedia de enredos, en el complemento se arremangó su camisa y les dio todas las indicaciones juntas a sus jugadores, que sintieron el desgaste inicial

La imagen del final fue la más elocuente. Nelson Vivas parado en la línea de cal gritando y empujando a sus jugadores para adelante. Y se tomó la cabeza cuando en el mismo momento que el árbitro José Carlo Rivero adicionó dos minutos el pibe Quintana desperdició un mano a mano.

Pudo ser de Estudiantes, que en el partido amistoso más implortante delos últimos años le empató al Inter, que lo cuadriplica en presupuesto y con un solo jugador suma tanto dinero como toda la plantilla, el Country y el estadio cuando esté terminado.