Murió el Oso Arturo en el Zoológico de Mendoza
| 3 de Julio de 2016 | 21:03

El oso polar Arturo, del zoológico de Mendoza, que desde hacía varios días ya había entrado en un proceso de descompensación y de marcado deterioro irreversible, murió hoy a causa de un cuadro clínico terminal debido a su avanzada edad, pues estaba a punto de cumplir 31 años, informó la Secretaría de Ambiente del Gobierno de Mendoza.
Desde el viernes, los funcionarios de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial, junto a parte del equipo de veterinarios del paseo y la Unidad Fiscal de Medio Ambiente de Nación (UFIMA), "acompañaron al oso polar, contemplando la posibilidad de dormirlo para evitarle sufrimiento, ya agotadas todas las instancias de tratamientos, pero la naturaleza siguió su curso y esta tarde falleció", detalla en el comunicado.
Durante los últimos días, el oso presentaba un cuadro médico terminal grave por su avanzada edad y diversas complicaciones físicas de deterioro. En ese marco había mostrado pérdida total de apetito, consecuente disminución de su peso y pérdida de visión y de olfato. El último parte médico presentado por el cuerpo médico veterinario del Zoológico provincial indicó que el animal permanecía "poco reactivo con mínima respuesta a estímulos y depresión marcada de su sistema nervioso central".
Los estudios que se le realizaron en el último tiempo indicaron la presencia de "osteólisis del hueso nasal, es decir, desgaste del hueso, producido por infección ya que se determinó presencia de bacterias y hongos en la zona, por lo que se le realizó un tratamiento antibiótico prolongado", agregó.
“Hubo que hacer una guardia nocturna para monitorearlo de cerca y evaluar su recuperación porque estaba muy deprimido, las anestesias siempre tienen riesgo y más en animales de esta edad”, señaló en aquel momento el veterinario de la Fundación Teimaken, Eduardo Francisco.
Arturo cumplió 30 años y superó ampliamente el promedio de 21 que viven los osos polares en cautiverio, por lo que muchos de los males que padeció fueron también por la avanzada edad del animal. Este oso nació en 1985 en el zoológico de Colorado, Estados Unidos, y es la quinta generación de ejemplares de esa especie nacida en cautiverio. Arturo vivía en el parque mendocino desde hacía 22 años, ya que fue trasladado desde Buenos Aires en 1993, y estuvo acompañado por la osa Pelusa hasta su muerte, en 2012.
El oso polar adquirió relevancia internacional luego de una campaña que se realizó años atrás y se viralizó por las redes sociales, juntó a más de 420.000 firmas, para trasladarlo a Canadá, un hábitat más adecuado que Mendoza, que suele alcanzar temperaturas de 40 grados durante el verano.
Sin embargo, pese al reclamo generalizado, una junta médica de veterinarios de distintos países determinó que el viaje pondría en riesgo su vida, y por su parte un experto internacional en osos polares, Donald Moore, evaluó en su momento que el animal se encontraba "bien en lo físico y en cuanto a su salud mental" y que el hábitat en que vivía era "positivo".
La petición, iniciada en 2014 por Gabriel Flores, un mendocino integrante de la organización Ecológicos Unidos, también incluyó una propuesta para que el zoológico de Mendoza se convierta en un ecoparque, sin jaulas ni animales exóticos, sólo con ejemplares autóctonos en rehabilitación o rescatados del mascotismo. Desde que comenzó la campaña, Flores consiguió algunas mejoras: por una denuncia ante la Unidad Fiscal para la Investigación de Delitos Contra el Medio Ambiente (Ufima) el zoológico agrandó la pileta y puso aire acondicionado en la jaula.
La muerte del oso también se da dentro de un conflicto por las muertes de ejemplares en el zoológico mendocino, más de cincuenta ejemplares, que tiene -además- como telón de fondo un proyecto de ley en la Comisión de Ambiente de la Legislatura Provincial que busca convertir al paseo en un ecoparque, como ya sucedió el 29 de junio con el zoológico porteño.
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