El acusado de balear a su pareja en 17 y 80 optó por el silencio

“Fue un accidente”, dijo Pablo Abel Ribeiro (43), el hombre que está en pareja con María del Carmen Silva (23), una chica que el martes pasado recibió un tiro en la cabeza en la casa que ambos compartían. Diferente fue su actitud ayer, en el despacho de Betina Lacki. Frente a la fiscal penal, el acusado prefirió no decir nada.

Su negativa a declarar, que no lo beneficia ni lo perjudica en el trámite de la causa en su contra, fue la única novedad importante que hubo en las últimas horas respecto de este episodio.

Luego de esa diligencia, hecha en las fiscalías, el detenido fue nuevamente conducido a un calabozo.

En su contra afrenta un cargo muy grave: tentativa de homicidio doblemente calificado, por la convivencia que existía entre ellos y por tratarse de un intento de femicidio.

Esa fue la consideración de Lacki al momento de colocarle una carátula al expediente que se inició en contra del hombre, chofer de camiones de una empresa que opera en la zona sur del Conurbano.

ELLA, GRAVISIMA

Ya el martes pasado, cuando Silva llegó al Policlínico San Martín, procedente de una vivienda de 17 entre 80 y 81 con un disparo en la cabeza, su estado de salud no era para nada alentador. Pero el miércoles la situación se agravó aún más. Ayer no hubo novedades sobre su cuadro, que sigue siendo igual de crítico.

“Sigue muy mal, en estado desesperante. El panorama es complejo”, confirmaron una vez las fuentes médicas que trabajan en esa paciente.

A esta situación se llegó cuando aquella noche, cerca de la 1, se escuchó una detonación en la cocina de esa casa.

Una bala 9 milímetros atravesó el parietal derecho de Silva, que estaba cenando con su pareja. Ella fue subida al auto de él, con un tiro en la cabeza y en estado gravísimo. La Policía decidió entonces detenerlo, porque no creyó en su versión de que todo fue un accidente.

La reconstrucción que se pudo hacer de lo que pasó dentro de ese domicilio, por el momento, está basado en lo que contó el propio sospechoso y su círculo íntimo.

Ambos sostuvieron que la pistola se disparó “sin querer” y negaron que haya habido alguna discusión previa entre los dos.

“Ribeiro declaró que él estaba limpiando el cargador del arma y que su mujer, mientras la manipulaba, se hizo un disparo”, informaron fuentes de la DDI local.

Desde la comisaría octava rectificaron esa información al indicar que “el tiro se le escapó a él”.

Al margen de eso, ningún investigador parece creerle. Tampoco la fiscal Lacki.

Para respaldar su escepticismo, se apoyaron también en “antecedentes que constan en el archivo del Poder Judicial, respecto de una relación conflictiva” entre los dos.