Video: Encerraron a 7 personas durante un asalto en el barrio San Carlos

Dos ladrones armados amenazaron a una familia entera -incluidos tres nenes y una beba- durante media hora para llevarse todo lo que pudieron. En el medio amenazaron con lastimar a los chicos o llevarse a su papá secuestrado. Todo eso sucedió ayer en el barrio Los Soles, en San Carlos, que desde hace algunos días se convirtió en un escenario propicio para la delincuencia.

El ataque fue sorpresivo. Aparentemente saltaron un tapial lateral de la casa para después irrumpir por una puerta. Habían elegido para meterse una vivienda de 141 entre 35 y 36.

Gisela Alfonso (35) estaba con su beba de nueve meses. Al lado, sus hijos de 6 y 10 años jugaban con un primito. La mujer estaba tomando mate con su cuñada, que había ido de visita. Su marido descansaba en su cuarto. Eran las cuatro de la tarde.

Los intrusos se cubrían las caras con capuchas y pasamontañas. Cada uno sostenía una pistola en la mano, con la que les apuntaban a todos, sin hacer distinción entre chicos y grandes.

“Se fueron llevando todo lo que encontraban: un televisor, una notebook que usaba para trabajar y un poco de plata que teníamos, que no eran ni dos mil pesos”, enumeró Gisela.

Escépticos y violentos, los delincuentes no les creían a las mujeres que eso era todo lo de valor que tenían. “Nos amenazaban constantemente. Se creían que les mentíamos y que nos hacíamos los vivos. También nos obligaban a callarlos a los nenes porque estaban todos llorando”, siguió la víctima.

Una de las habitaciones también la saquearon. De ahí se llevaron hasta la ropa de cama. Además vaciaron carteras, sustrajeron varios celulares y todo lo cargaron en el auto de la familia. “Iban envolviendo todo lo que se robaban con las frazadas”, apuntó la nena más grande.

Las siete víctimas fueron encerradas en el baño. En un momento amenazaron con llevarse cautivo al padre de familia, para no levantar sospechas. Pero al final se fueron ellos con el botín, en un Chevrolet Agile que abandonaron encajado en una zanja, en 36 y 149.

El sábado hubo otro episodio violento. “Fueron rateros, los que conocemos todos. Entraron a la mañana, cuando estaba mi hijo. La Policía llegó, agarró a uno y se tiroteó con los otros dos”, relató el damnificado por ese caso, en 35 y 140.

Ayer habría habido otro robo más a pocos metros. La escalada delictiva puso en alerta a todo el barrio, donde además hay otro problema evidente y real: “Las calles son intransitables y el patrullero ni siquiera pasa”, lanzó Gisela.