Cuestión de hábitos
| 10 de Agosto de 2016 | 01:27

La “jubilación” de la bolsa de nylon se produce aquí y ahora, con bastante demora. Ya son varias las ciudades del país y, por supuesto del mundo, que han desterrado este elemento de la vida cotidiana en el marco de una preocupación por el medio ambiente.
Es discutible, sin embargo, cómo se instrumenta esta medida. Puede alentarse la vuelta a “la bolsa de los mandados” o, inclusive, a los “carritos de las compras”, que ahora han vuelto con diseños atractivos y actualizados. Pero como toda transformación que involucra hábitos y costumbres arraigadas, debería hacerse de manera gradual, ofreciendo estímulos y dando tiempo a la incorporación de nuevas pautas.
Hay que remarcar, además, que la iniciativa está concebida para la reducción del uso de polietileno por cuestiones ambientales; no es una medida para que los supermercados supriman uno de sus costos. Por lo tanto, y al menos en una primera etapa, deberían ofrecerse alternativas que no impliquen, de un plumazo, mayores gastos para el consumidor.
En países desarrollados, donde la bolsa de nylon pasó hace mucho al olvido, se ofrecen en general bolsas de papel reciclable. Habrá que buscarle la vuelta.
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